Hemos cerrado una semana caracterizada, entre otros por la celebración del día de San Valentín. Un momento ligado a emociones y sentimientos que, además, se convierte en un vehículo de promoción y venta de experiencias para construir momentos memorables.
En este laberinto de creatividad que surge tiempo antes, alargándose incluso durante todo el mes, me planteaba qué habría que hacer para que esos vínculos se desarrollasen, también, en el ámbito más institucional, con el sector turístico como industria. Cómo se puede motivar, seducir y enamorar a los responsables de las diferentes administraciones con competencias y, a toda la sociedad.
Todos y todas en algún momento somos turistas, compramos experiencias para disfrutarlas dejando atrás, sin abandonarlas, las obligaciones familiares y profesionales. Ahí, nos damos cuenta lo necesarios que son esos espacios de tiempo y valoramos el tiempo dedicado en función de muchos factores pero, uno importante es el servicio que recibimos y las personas que nos lo han prestado. Lo que ahora se llama Brand Standards, cada marca tiene los suyos propios.
"Todos y todas en algún momento somos turistas"
Para que eso siga ocurriendo y vaya mejorando las empresas y los factores productivos que estas dinamizan, deben contar con ventajas comparativas frente a otros servicios, y, otros destinos.
Y, la pregunta relevante es cómo se pueden generar esas ventajas comparativas no sólo mejorando la competitividad de las empresas sino, además, no restando la que actualmente tienen.
Hace algunos meses presentamos el plan de respuesta al turismo y planteábamos algunas sugerencias. Ahora estamos analizando en profundidad los riesgos del sector para profundizar, más si cabe, en esas propuestas.
Tres son las líneas de acción. La primera desde el punto de vista de la oferta. Las empresas necesitan ser entendidas, necesitan empatía, y contar con herramientas que les permita trabajar más, crecer, y mejor, generando más valor social.
Y ¿como lo hacemos? Esto va de tres cosas. La primera apoyo administrativo para poder transitar al modelo más verde digital y diversificado territorialmente. Priorizar el crecimiento del tamaño de las empresas facilitando operaciones de M&A; va, de reconocer los nuevos modelos de negocio, a la financiación corporativa, sin gravar las operaciones,, asegurando la seguridad jurídica para que puedan llevarse a cabo. Pero, además, se necesita una agilizar la administración para que las inversiones de CAPEX sean viables en tiempo y forma.
Los planes de negocio se han de cumplir, las empresas tienen que ser sostenibles, también, desde el punto de vista financiero. Y, todavía no basta con esto. Hay que vigilar que las normas se cumplen. Hace falta el rigor necesario para eliminar externalidades generadas por falta de garantías en el modelo.
"Las empresas tienen que ser sostenibles, también, desde el punto de vista financiero"
Son varias las propuestas que teníamos en este sentido, lo primero simplificar la denominada gobernanza multi nivel. Entiendo por simplificar ser eficiente en procesos y aplicación de fondos. Los retos de las empresas son también los retos de la administración. Para ello, hay que dar un paso más en la colaboración público privada ahora entendida como el acto informativo que la administración hace de sus planes a las organizaciones empresariales, sindicales y, a la sociedad civil.
¿Cuál es el paso a dar? Algo de lo que hablamos pero no hacemos, desarrollar la relación como un intercambio de conocimiento para generar estrategias para la mejora de la productividad. Partir de un objetivo compartido y planificar y medir cada una de las acciones a poner en marcha. Si este ejercicio lo hiciéramos bien desembocaríamos en entender y por tanto frenar el acoso económico al que están sometidas las empresas además se generarían flujos de trabajo conjunto para desarrollar todas las acciones que el mercado necesita para mejorar la autonomía estratégica
El otro marco de acción es el de la demanda. Los cambios producidos en los procesos de consumo y la situación geopolítica hacen imprescindible rediseñar la organización de proyección internacional y visualización de España como destino turístico. Hay que generar un plan de diplomacia económica donde la promoción evolucione enfocándose a resultados, donde optimice la estructura de promoción exterior que tenemos, ICEX. TURESPAÑA, RED embajadas…. Además, se han de generar productos de valor añadido, y, ahí volvemos a la primera, las empresas con toda seguridad van a poder desarrollar nuevos productos y adaptar los actuales pero, la complicidad para su puesta en marcha es cosa de todos.
Por último, y ya estamos en la tercera línea de trabajo, están los facilitadores. Los imprescindibles. El talento, la tecnología y la sosteniblidad. En relación al talento, además de revisar las políticas educativas y formativas de este país y orientarlas al turismo, aprovechar la nueva ley de FP para multiplicar talento en el sector, revisar la oferta universitaria de los grados en turismo. Desarrollar una auditoria normativa que nos permita introducir flexibilidad para poder atraer talento joven y enamorar al talento más senior. Crear unas escuelas de turismo referentes mundiales, desarrollar planes de formación para capacitar a los empleados en las nuevas competencias, cambiar las organizaciones, automatizar procesos, sustituir las jerarquías para dar mayor poder a los equipos,..
Tecnología como herramienta para ser más competitivos y productivos mejorar los ingresos, compartir datos para generar experiencias personalizadas, y, medir, satisfacción, pero también bienestar e indicadores de sostenibilidad.
Si hay una industria que viene trabajando la sosteniblidad es la turística, ahora además de medir nos hace falta desarrollar políticas públicas necesarias para generar actividades complementarias que fortalezcan esa sosteniblidad. España líder en la generación de combustible SAF, objetivo ambicioso pero multiplicadores de bienestar..
Para conseguir el interés y por tanto el enamoramiento sano de la industria turística tenemos que ponernos ya.. hoy, no mañana, hagámoslo.