domingo. 06.10.2024

¿Qué está pasando con el turismo?

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En esta nueva edición de mi #LinkedIn Newsletter quiero hacer un repaso con vosotros sobre lo que está ocurriendo en el turismo. En esta ocasión no quiero hablar de las nuevas tendencias en cuanto a experiencias, ni de la aplicación e la tecnología en la hotelería, sino del gran debate que estamos viviendo en torno a nuestra industria.

Es difícil no pronunciarse sobre un tema que nos incumbe a todos, pues prácticamente todos nos beneficiamos del turismo, ya sea como turistas, como personas que viven del turismo o como sociedad que se beneficia de su aporte -directo e indirecto-  a la economía.

Pero es aún más difícil llegar a un consenso sobre las medidas que se deben adoptar para lograr un turismo sostenible, que pueda convivir en armonía con los destinos, generando un impacto positivo en las comunidades locales, desde un punto de vista económico, social y medioambiental.  El turismo que necesitamos, y por el que desde el sector llevamos mucho tiempo abogando.

En Meliá, como primera compañía hotelera en España, nos sentimos comprometidos con impulsar un modelo turístico sostenible y queremos contribuir a la búsqueda de soluciones para afrontar el gran reto que estamos viviendo desde el turismo y que está afectando a la ciudadanía, a nuestros empleados y a todos los que queremos avanzar hacia el turismo que nos merecemos.

El alquiler vacacional: el impacto negativo de una oferta no regulada

El, por el momento, descontrolado crecimiento de la oferta del alquiler turístico insuficientemente regulado o ilegal es una de las claves de la situación que se está viviendo en muchos destinos y que está derivando en desconfianza y rechazo por parte de los ciudadanos.

Como ya he dicho muchas veces, este crecimiento exponencial de las plazas de alquiler turístico es insostenible. Tomando datos de Exceltur, si lo comparamos con la oferta de plaza hoteleras que apenas ha crecido en España en los últimos años, vemos que tan solo en el primer trimestre del año en curso han sido más de 60.000 las plazas incorporadas a la oferta de alquiler vacacional en los principales destinos del país.

Se trata de un crecimiento insostenible que afecta de manera directa a la ciudadanía, impactando de manera negativa en el uso de recursos naturales y con un impacto directo en uno de los temas los que se centra el malestar de los residentes en localidades turísticas: el acceso a la vivienda.

Desde el sector lo tenemos claro y así lo manifestamos hace menos de dos semanas en el Foro Hosteltur: El alquiler turístico o vacacional debe estar planificado, ordenado y regulado, al igual que el resto de oferta alojativa.

Como explica en una entrevista con EFE la Directora Ejecutiva de ONU Turismo, Natalia Bayona, respecto a la necesidad de fortalecer y ajustar las “reglas del juego”: la excepción no pueden ser los apartamentos turísticos, pues prestan un servicio y son negocios, al fin y al cabo.

Un no rotundo a “crecer por crecer”

Hoy, el sector turístico es mayoritariamente consciente de que no debemos “crecer por crecer”, debemos ir a mejor sin necesariamente ir a más.

Hace muchos años que venimos hablando de los aspectos positivos de elevar el posicionamiento de destinos y productos, con una oferta de más calidad que atraiga, por ende, un turismo de mayor rentabilidad social y económica, más respetuoso y con un menor impacto negativo para los destinos.

En España tenemos muchos ejemplos de destinos que, ante las crisis económicas o por una deficiente planificación y ausencia de estrategia a largo plazo, han postergado la calidad para apostar por el volumen, una dinámica seguida también por muchos destinos internacionales y que lleva a la degradación y el agotamiento de estas zonas turísticas, que solemos describir como “destinos maduros”.

Una buena práctica es sin duda continuar apostando por esos destinos maduros, pero con proyectos de reconversión, invirtiendo en el reposicionamiento de los hoteles y servicios para adaptarlos a segmentos de mayor calidad y rentabilidad, y, en definitiva, renovando la experiencia que el destino ofrece también a residentes.

Me siento orgulloso de poder afirmar que, desde Meliá Hotels International, estamos trabajando en esa línea. Hace poco tuve la ocasión de reunirme con el Embajador Británico en España en un encuentro en el que visitamos nuestros establecimientos en la zona de Palmanova-Magaluf (Mallorca). Este destino es el claro ejemplo de que el trabajo conjunto de organismo públicos y empresas privadas, mediante la mejora continua, es la clave a la hora de impulsar un turismo de calidad.

Además, el reposicionamiento y mejora tanto de destinos como productos, es positivo también para que las comunidades locales y reconecten con aquellos destinos de los que ya no disfrutaban. Si seguimos tomando como ejemplo el de Magaluf, donde no cesamos de seguir avanzando, podemos ver que el desarrollo de una oferta hotelera en la que las experiencias son protagonistas han servido para que los residentes de la zona vuelvan a disfrutar con festivales de música, festivales de literatura, propuestas gastronómicas de primer nivel o de una oferta de ocio familiar. Porque integrar la cultura local también es sostenibilidad.

El compromiso necesario con los destinos

La generación de valor para los destinos que se impulsa desde el sector turístico es innegable. Hablo, por su puesto, desde los valores que presiden la operación de Meliá en los diferentes destinos en los que estamos presentes, pero también poniendo en valor el trabajo de los demás compañeros de profesión que, como nosotros, mantienen un firme compromiso con generar un impacto positivo.

Uno de los aspectos en los que el turismo genera valor para las comunidades locales es el empleo. En el primer trimestre de 2024 ya son más de 2,7 millones de personas empleadas en actividades turísticas, suponiendo casi un cuarto de los nuevos empleos generados en lo que va de año en el país; destacando que cada vez hay menos temporalidad en el empleo del sector. Y es que no olvidemos que el sector turístico generó en 2023 el 12,8% del PIB español, además de ser responsable del 70% del crecimiento registrado por el PIB español en 2023.

Pero el compromiso no solo debe ser con la economía o con la empleabilidad, también con la puesta en valor de la cultura local, así como con el respeto al entorno. No podemos desconectar la oferta turística que ofrecemos ni con la realidad de los destinos ni con su esencia. Nuestro negocio debe estar integrado con el destino, potenciando así un modelo turístico sostenible.

Acercar los destinos a los turistas, siempre desde el respeto, para que puedan conocer la cultura y el entorno que están visitando, pero hacerlo desde un punto de vista más local es una práctica muy positiva. Involucrar, además, a agentes locales en el desarrollo y planificación de estas experiencias ayuda, además, a que los turistas puedan descubrir lugares y espacios alternativos y evitar caer en la masificación de algunos puntos de interés.

Este tipo de acciones, al igual que informar y formar acerca del entorno medioambiental local, son capaces de propiciar una mejor interacción entre visitante y destino, también entre visitante y residente. Pero todo esto solo es posible desde la colaboración.

Como decía mi padre, el fundador de Meliá Hotels International, allá por los años 1970’s:

“El turismo es una herramienta fundamental para hermanar pueblos, promover la paz, y fomentar el desarrollo y el bienestar de las comunidades”.

Hoy nos encontramos frente a un gran reto que debemos abordar todos juntos, porque esta gran conquista de nuestra sociedad que es el turismo tiene mucho futuro, si sabemos gestionar el éxito actual para ordenar y mejorar lo que tenemos, y sentar las bases de un modelo basado en la calidad, la sostenibilidad y las experiencias.

¿Qué está pasando con el turismo?
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