La exclusión de la náutica de recreo de la bonificación de 20 céntimos por litro de combustible perjudica a las esloras menores e incentiva el repostaje descontrolado en los puertos deportivos. Esta es la conclusión a la que ha llegado la Asociación de Clubes Náuticos de Baleares (ACNB) tras analizar la medida del Gobierno central que deja a todo el sector náutico al margen del descuento “sin ningún criterio ni justificación”.
Antoni Estades, presidente de la ACNB, ha indicado que, al contrario de lo que se pretende hacer creer a la opinión pública, la retirada de la bonificación a las embarcaciones de recreo no tendrá repercusión alguna entre los yates de gran eslora, que pueden permitirse el lujo de repostar fuera del mar territorial o en cualquier destino que ofrezca mejores condiciones, sino a los usuarios de barcas de pequeña y mediana eslora, que suponen la mayoría de los amarristas de los clubes náuticos.
“No tiene ningún sentido y es claramente discriminatorio que los vehículos terrestres de alta gama y destinados a usos no profesionales, incluso los de alquiler, puedan beneficiarse del bono y, sin embargo, el pequeño propietario de un bote con un fueraborda tenga que pagar 20 céntimos más por cada litro de gasolina”, afirma Estades, quien no duda que la medida incentivará el repostaje descontrolado mediante garrafas en los puertos deportivos: “Mucha gente que hasta ahora utilizaba las estaciones de servicio en los clubes, con todas las garantías de seguridad y medioambientales, optará por esta opción que aumenta el riesgo de vertido y de accidente”.
La posición de la ACNB está en la misma línea a la de otras asociaciones de usuarios náuticos que han denunciado la “arbitrariedad” de una medida que “no puede argumentarse con honestidad”.
Estades lamenta que, una vez más, la administración -en este caso central- haya actuado contra los intereses de los navegantes “sin ni siquiera justificar por qué lo hace”.
El presidente de los clubes náuticos de Baleares opina que esto es posible porque ha habido un trabajo previo de “estigmatización social” de la náutica de recreo. “Se ha trasladado una imagen de nuestro sector plagada de estereotipos y prejucios que nada tienen que ver con la realidad, pero que hacen posible agravios evidentes como el de la bonificación del combustible sin que ello acarree ningún coste ante la opinión pública”.
“Nuestros socios y usuarios –continúa Estades– nada tienen que ver con lo que muchas veces se dice de los navegantes. Son propietarios de embarcaciones pequeñas o medianas, personas de clase media para las que el mar es su espacio de ocio y libertad, y, por tanto, los primeros interesados en cuidarlo. Sin embargo, casi todas las normas y medidas que se aprueban en relación a nuestro sector parten de la falsa base de que los dueños de barcos son millonarios sin ningún cuidado por el mar. La exclusión de la bonificación es sólo un ejemplo más”.