viernes. 19.04.2024

La inversión extranjera directa crece un 4% en los países de Asia en desarrollo

Según el informe ‘World Investment Report 2021’, publicado esta semana por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), el flujo de inversión extranjera directa (IED) en los países de la región de Asia en desarrollo refleja una tendencia contraria a la del resto del mundo, que afronta una considerable contracción de la inversión.

 

En 2020, aumentó un 4% hasta alcanzar los 535.000 M$ y fue impulsado principalmente por China, Hong Kong, India y los Emiratos Árabes Unidos. Para este año, las perspectivas de IED en Asia son mejores que la media mundial debido a la recuperación de la actividad comercial y manufacturera y a las sólidas previsiones de crecimiento del PIB para la región.

 

La IED en el sur de Asia aumentó un 20%, hasta los 71.000 M$, debido mayormente a que la India recibió un flujo de inversión un 27% superior, hasta los 64.000 M$, destinado de su mayoría a tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y a la construcción. Sin embargo, la inversión extranjera ha caído en otras economías del sur de Asia que dependen de la fabricación de prendas de vestir destinadas a la exportación. Por ejemplo, Bangladesh y Sri Lanka vieron reducida la llegada de inversión en un 11% y un 43%, respectivamente. En Pakistán, cayó un 6%, hasta los 2.100 M$.

 

En el caso de Asia Oriental la IED también aumentó, un 21%, hasta los 292.000 M$.

 

En China, la IED también aumentó un 6%, hasta 149.000 M$, lo que refleja el éxito del control de la pandemia y la rápida recuperación del crecimiento del PIB, aupado en buena medida por la gran demanda de productos de protección sanitaria y dispositivos electrónicos.

 

En Corea del Sur, la IED cayó un 4%, hasta los 9.000 M$, aunque el país fue el primero en contener el brote de la COVID-19 y el crecimiento económico se mantuvo fuerte.

 

El sudeste asiático, motor del crecimiento mundial de la IED en la última década, registró una reducción del 25% de la IED, hasta los 136.000 M$. Singapur, Indonesia y Vietnam son, por este orden, los mayores receptores de inversión de la región y todos ellos han experimentado un descenso de esta. La IED en Singapur descendió un 21%, hasta los 91.000 M$, la de Indonesia un 22%, hasta los 19.000 millones, y la de Vietnam un 2%, hasta los 16.000 millones.

 

Los bloqueos, los rebrotes, las interrupciones en la cadena de suministro, la disminución de los beneficios empresariales, la incertidumbre económica y los retrasos en los planes de inversión fueron las principales razones de la reducción.

 

En Tailandia, la IED se redujo a menos de 6.000 M$; en Malasia, cayó un 55%, hasta los 3.000 M$; en Myanmar, la IED cayó un 34%, hasta 1.800 M$, mientras que en Camboya se mantuvo estable, con 3.600 millones.

 

Por otro lado, en Asia Occidental, los flujos de inversión se vieron impulsados por un aumento significativo de las inversiones en proyectos de recursos naturales (un 60%, hasta los 21.000 M$), que aumentaron un 9%, hasta 37.000 M$ en 2020.


En el caso de Emiratos Árabes Unidos, aumentó un 11%, hasta los 20.000 M$, debido a una importante adquisición en el sector energético. En el caso de Arabia Saudí, las entradas aumentaron un 20%, hasta los 5.500 M$, con inversiones centradas en los servicios financieros, el comercio minorista, el comercio electrónico y las TIC.


Turquía es la que sale peor parada, ya que recibió un 15% menos, hasta los 7.900 M$, pero aumentó en el cuarto trimestre en unos 2.300 millones, impidiendo un descenso aún mayor.


Además, la IED procedente de Asia aumentó un 7%, hasta 389.000 M$, siendo la única zona que ha registrado una expansión de los flujos de salida.


Tal crecimiento fue impulsado por la fuerte inversión de Hong Kong y Tailandia.

 

Según la UNCTAD, las perspectivas de la IED para la región son mejores que las globales y se espera que crezca entre un 5% y un 10% gracias a la resistencia de la cadena logística de la región y a las perspectivas de un fuerte crecimiento económico.

La inversión extranjera directa crece un 4% en los países de Asia en desarrollo