jueves. 25.04.2024

¿Velocidad de escape o economía mediocre?

La idea con la que terminábamos nuestro anterior comentario, de descargar posiciones en renta variable al terminar mayo, se hizo buena el pasado viernes, tras el pésimo dato de empleo americano en mayo, y la caída del ISM de servicios desde los 55,7 puntos de abril a los 52,9 de mayo. Esos dos datos fueron un jarro de agua fría en el ambiente optimista con el que había empezado junio, un ambiente en el que se celebraba ya una reactivación económica americana, la famosa "velocidad de escape", compatible a la vez con la moderada subida de tipos que la FED ha venido insinuando para su reunión de junio.

 

Curiosamente el impacto negativo de estas dos noticias fue mayor en las Bolsas europeas que en las americanas, ya que la prolongación por la FED de los tipos de interés en estos niveles ("lower for longer"), al mantener el dólar bajo, gusta a los inversores americanos y por contra la subida del euro no es favorable para las empresas europeas. Pero sin duda la debilidad que denotan los datos del viernes no es buena tampoco para las Bolsas americanas, unas Bolsas cuyos índices están muy próximos a los máximos históricos de todos los tiempos.

 

Por eso, como decíamos, la noticia de que la creación de empleo en mayo había sido la menor desde septiembre de 2010, sentó realmente mal en unos mercados que respiraban optimismo. Como portavoz cualificado y apóstol de la visión optimista, el presidente del BCE, Mario Draghi, se había encargado el miércoles pasado, tras la reunión del BCE, de alimentar las expectativas positivas de crecimiento en la zona euro para los próximos años al subir la estimación desde el 1,4% al 1,6% para el 2016 y al 1,7% en el 2017, y, además, dijo que, a pesar de ese mayor crecimiento, habrá tipos cero los tres próximos años.

 

Es normal, por tanto, que las Bolsas, hasta el viernes, celebrasen el escenario de "reactivación económica más tipos de interés bajos" prometido por banqueros centrales a uno y otro lado del Atlántico. Ese escenario es el "beautiful deleverage" (desendeudamiento sin dolor) soñado por los mercados desde que en el 2010 fue teorizado por Ray Dalio.

 

Pero el dato de empleo del pasado viernes puso en evidencia que la realidad va a ser, tal vez, un poco menos "beautiful". En sí mismo, un dato mensual de paro, por muy malo que sea, no debería provocar un terremoto tan grande como el que produjo el pasado viernes. Pero en unos mercados cogidos con alfileres, en los que es esencial mantener la fe ciega en que las cosas van a ir bien, sin que haya un plan "b" para el caso de que se tuerzan, la pobre cifra de empleos de mayo en EEUU es un torpedo en la línea de flotación del modelo. Simplemente una cifra tan mala como la de mayo puede romper la "magia monetaria" y, siguiendo el pensamiento del Gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, si ya los mercados no creen, como Peter Pan, que pueden volar, entonces ya no van a volar.

 

El problema, sin embargo, no está en que los mercados empiecen a tener dudas de si pueden volar. El problema está en quese les haya hecho creer que pueden volar. Y es ahí donde está la base profunda de los temores y de los fantasmas que desde agosto pasado acosan a las Bolsas y a los mercados de bonos.

 

Si al final lo que tenemos es una economía "mediocre" (por utilizar la terminología del FMI) en lugar de una reactivación en toda regla, y si además esa economía mediocre debe soportar que la FED normalice su política monetaria, mucho nos tememos que los inversores se van a llevar una buena decepción. Pero habría cosas peores, por ejemplo que la FED no se atreva a "normalizar" y la inflación empiece a dispararse.

 

Hoy por hoy todo lo anterior son conjeturas y los mercados en lo que están es en ver si realmente la FED va a subir tipos o no en junio.

 

Yellen habla el lunes en Filadelfia y tendrá oportunidad de aclararlo. Lo normal es que Yellen matice aún más los numerosos "ifs" con los que ya ha venido condicionando su mensaje de subida de tipos en junio. Es decir, que sea aún más cautelosa y moderada, con el objetivo de calmar a los mercados. No hay que olvidar que la regla de oro del modelo es siempre que los mercados sigan bien, que no se rompa la magia, y todo indica que la Fed y su presidenta tienen especial acierto a la hora de hablar el lenguaje que gusta a los inversores.

 

Por ello, pensamos que la segunda lectura de las Bolsas del dato de empleo de mayo va a ser algo más positiva.

 

Pero a medio plazo o hay reactivación vigorosa, en cuyo caso la subida de tipos es inevitable, o hay economía mediocre, en cuyo caso la persistencia en las políticas de liquidez y tipos bajos al final llevará a la inflación. Mientras eso llegue, seguiremos viviendo en la calma "prefabricada", y si es preciso forzada, y esa es la pauta de comportamiento que cabe seguir esperando de las Bolsas.

 

Esta semana lo más relevante es la ya mencionada comparecencia de Yellen el lunes en Filadelfia. Pero conoceremos también datos como la balanza de pagos de China en mayo, los PIB japonés y de la zona euro definitivos del primer trimestre y la encuesta de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan en EEUU.

 

Con el petróleo estabilizado en torno a 50 dólares tras la reunión de la OPEP (pese a que la OPEP mantiene las cuotas de producción) y con el deseo compartido por todos de que no pase nada, apostaríamos por una semana sin grandes sobresaltos.

¿Velocidad de escape o economía mediocre?