sábado. 20.04.2024

¿Otra oportunidad o el inicio de algo peor?

La espectacular reacción bajista de las Bolsas el viernes ante el inesperado triunfo del Brexit plantea necesariamente la pregunta de si estamos o no ante una oportunidad de utilizar las reservas de caja y entrar en el mercado aprovechando los bajos precios.

 

Esta pregunta se aplica muy especialmente a las Bolsas europeas y, dentro de ellas, a los valores bancarios y a algunas Bolsas como la española o la italiana, que el viernes fueron especialmente castigadas. Muchos Bancos europeos llegaron a caer más de un 20% en algunos momentos de la sesión del viernes, y al final del día vimos como IAG perdió más de un cuarto de su valor bursátil, Bankia y Santander recortaron un 20%, Telefónica el 16% y Iberdrola el 10%, por citar sólo algunos ejemplos de lo que fue una jornada desastrosa en las Bolsas europeas.

 

Una vez más, sin embargo, los índices americanos se han comportado mejor que los europeos y al final vemos como el S&P ha caído solo un 1,6% en la semana, y en lo que va de año está en tablas, mientras el Eurostoxx ha caído el 2,6% en la semana y acumula una pérdida del 15% desde uno de enero. Peor es el caso del Nikkei, que ha caído el 4% en la semana y cede un 21% en lo que va de año y también el de nuestro Ibex, que pierde un 18% en el año tras dejarse casi un 7% en una semana en la que el pasado viernes experimentó la mayor caída de su historia en una sola sesión.

 

Volviendo a la pregunta de si estamos ante una nueva oportunidad o ante el inicio de bajadas mayores, en los últimos años hemos visto como tras caídas muy fuertes ha habido recuperaciones igualmente intensas y, además, bastante rápidas. Así en el 2011, tras el maremoto de Fukusima en Japón las Bolsas se hundieron, pero las caídas duraron poco. Lo mismo pasó en 2012, cuando la crisis de deuda periférica europea generó caídas notables que al final se convirtieron en una buena oportunidad de compra. Más recientemente, el pasado año 2015, vimos como las fuertes caídas de agosto y septiembre dieron paso a las igualmente fuertes subidas de octubre y noviembre, con rebotes de los mercados de más de un 10%.

 

El lógico plantearse si esta vez va a pasar lo mismo. Y es también lógico pensar que sí, y que tras el primer "shock" las Bolsas subirán. No obstante, conviene poner en contexto esa reflexión.

 

El escenario central que venimos manejando es que las Bolsas han entrado, a partir de verano de 2015, en un "gran ajuste estructural", provocado por el agotamiento del ciclo monetario de los Bancos Centrales. Ese "gran ajuste" va a ser a nuestro juicio largo y gradual, es decir, va a ir tocando de forma sucesiva a los diversos activos a medida que vaya avanzando. Las materias primas, los mercados emergentes y los bonos corporativos de menor calidad han sido los "canarios en la mina" pero el ajuste irá llegando a otros activos y a nuestro juicio tendrá su punto culminante cuando estalle la burbuja de los bonos soberanos, sobre todo de los europeos.

 

Hoy por hoy los mercados cuentan con el apoyo de un poderoso "player" (los Bancos Centrales) que quiere impedir a toda costa los desplomes, y que cuenta para ello con dinero ilimitado. Un "player" que necesita que las Bolsas no se hundan para que su modelo, basado en el "efecto riqueza" que generan unos precios altos de los activos, no haga aguas.

 

En ese contexto, a corto plazo, lo que cabe esperar es un rebote generalizado de las Bolsas. Los Bancos Centrales van a apoyar hasta donde haga falta, como ya vimos el viernes cuando el Banco de Inglaterra anunció tener preparados 250.000 millones de libras para apoyar al sistema financiero y el BCE manifestó también tener medias preparadas aludiendo además a una "coordinación" con otros Bancos Centrales, en alusión directa a la Fed y al Banco de Japón.

 

Más allá del corto plazo, nuestra lectura de lo sucedido el jueves es que el inesperado "brexit" ha servido para poner de manifiesto, una vez más, la enorme fragilidad de las Bolsas tras cinco años de inflamiento artificial provocado por el dinero abundante y barato. Es cierto que el "Brexit" no es una buena noticia, pero por sí solo no debería haber provocado el terremoto del pasado viernes, y sí lo ha provocado es porque el terreno sobre el que se asientan las Bolsas y los mercados financieros no es firme.

 

A medio plazo, el Brexit se irá diluyendo, sobre todo si hay una negociación hábil entre Inglaterra y la CEE para acordar los términos de la salida y las relaciones a futuro. Pero los problemas de una economía global que no acaba de crecer, que está cada vez más endeudada y que está muy desequilibrada y con desafíos serios en varias economías emergentes, no van a desaparecer, ni tampoco los van a resolver las políticas monetarias de dinero abundante y barato. La gran amenaza de un pinchazo en la burbuja de los bonos soberanos, esa "supernova" de 10,2 trillones de dólares, como la ha bautizado Bill Gross, seguirá generando volatilidad, que será creciente. Las "excusas" para esa volatilidad serán variadas, hoy es el Brexit, mañana será Grecia, otro día puede ser la devaluación del yuan chino o el decepcionante crecimiento americano u otro de los muchos motivos de inquietud que están ahí con o sin Brexit.

 

La lectura de medio plazo, por tanto, es que el ajuste no ha terminado, de hecho podemos pensar que está en una fase inicial, y que por tanto seguiremos viendo "oportunidades" de forma recurrente en las Bolsas y en los mercados.

 

Dentro de esa volatilidad, es normal que veamos un "vuelo hacia la calidad" en los momentos de mayor tensión. Y eso es lo que vimos el pasado viernes, cuando el bono alemán (cuyo tipo de interés de nuevo se puso en negativo), los bonos del Tesoro americano, el oro, el dólar y en general los activos asociados a una idea de mayor calidad, subían a la misma velocidad que caían las Bolsas.

 

En este sentido, como antes decíamos, las Bolsas europeas y la japonesa se llevaron, una vez más, la peor parte. El S&P cayó un 3,5% mientras el Dax alemán caía un 6,8%, el Cac francés un 8% y el Nikkei un 7,9%.

 

El Brexit da más fuerza al modelo "lower for longer" (tipos de interés bajos por más tiempo) que anticipó Janet Yellen en su comparecencia ante el Congreso y el Senado norteamericanos la semana pasada, antes del inesperado resultado del referéndum inglés. A nuestro juicio el "lower for longer" se habría producido igual en caso de un resultado favorable a permanecer en la Unión Europea, porque el problema de fondo no es el Brexit sino más bien que el mundo no está preparado para una normalización de la política monetaria. Pero en todo caso ahora está aún más claro que la "normalización" de los tipos de interés va para largo. Lo que quiere decir que vamos a un mundo "low", un mundo que han fabricado los banqueros centrales bajo la excusa, por otro lado cierta, de que ante la falta de reformas estructurales por parte de los gobiernos, no les queda otra opción para evitar un estallido social que facilitar dinero barato y abundante.

 

Tras el tsunami del viernes pasado, apostaríamos por una estabilización y repunte de las Bolsas, forzada por la intervención masiva de los Bancos Centrales. Ese alivio a corto lo aprovecharíamos para descargar posiciones pensando en el verano.

 

Mientras se va disipando el efecto del "Brexit", esta semana hay datos importantes, como los PMI preliminares en EEUU, China y zona euro. Pero seguramente el mercado preste más atención a a los banqueros centrales, que es de quienes se espera nuevamente la salvación, y en este sentido Draghi, Yellen y Carney (gobernador del Banco de Inglaterra) participan este miércoles en un foro de Bancos Centrales en Portugal.

 

Lo que cabe esperar son mensajes de apoyo a los mercados, que deberían funcionar. Confundir ese posible rebote con un cambio en la tendencia de fondo del mercado sería a nuestro juicio un gran error, que generará muchos dolores de cabeza.

 

Como siempre, vamos a seguir muy de cerca al S&P, que se mantiene por encima de los dos mil puntos después del Brexit, a pesar de que, una vez más, y ya van cuatro o cinco, se ha estrellado con la barrera de los 2.100 puntos y no ha podido acercarse a los máximos históricos de hace un año. Si hay rebote aprovecharíamos para descargar.

¿Otra oportunidad o el inicio de algo peor?
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