viernes. 19.04.2024

La Fed pone fin a un tercer trimestre singular

Aunque la reunión de la Fed era, a priori, el foco principal de atracción de la semana de cierre trimestral, lo cierto es que tanto en Europa como en Estados Unidos ha habido estos días otras noticias y acontecimientos dignos de atención.

 

La escalada del petróleo a máximos de los últimos cuatro años, el desafío del gobierno italiano a Bruselas, el impacto ya visible de la guerra comercial en las automovilísticas alemanas, con el "profit warning" de BMW, los apasionantes avatares de Trump en su frente judicial, ahora centrados en la elección del juez Kavanaugh, o los vaivenes de un dólar que en el curso de pocos días ha pasado de caer el lunes pasado por debajo de 1,18 contra el euro a cerrar a 1,16 el pasado viernes, son algunas de las noticias que han tenido como resultado una semana bastante plana a nivel bursátil.

 

El S&P ha bajado medio punto porcentual en la semana, el MSCI Emerging Markets un 0,3% y el Eurostoxx un 0,9%, mientras que el Nasdaq ha subido el 0,7%, el Nikkei el 1%. Las Bolsas, por tanto, han aguantado bastante bien todo ese aluvión de noticias y han puesto fin a un trimestre que podríamos calificar como singular, ya que las Bolsas americanas han seguido ampliando la brecha con las restantes Bolsas globales.

 

Esa diferencia a favor de las Bolsas americanas tiene bastante que ver con la Fed, cuyo nuevo presidente, Jerome Powell, está haciendo una excelente labor de comunicación, en un momento especialmente difícil. Un nuevo ejemplo de esa buena comunicación lo hemos tenido este último miércoles. No era fácil lanzar un mensaje tranquilizador a los inversores y a la vez anunciar la octava subida de tipos por la Fed, que sitúan ya, por primera vez desde 2008, los tipos de intervención (Fed funds) por encima del 2%. No era fácil hacerlo, además, a la vez que se sugiere otra subida en diciembre y que se publica que, según el consenso de los miembros de la Fed, los tipos estarán en el 3,4% a fines de 2020 o principios de 2021.

 

Powell ha tenido, una vez más, la habilidad de convencer a los mercados de que la política de la Fed va a ser muy respetuosa con las condiciones económicas que se vayan produciendo, y que si ahora se suben los intereses es porque la economía norteamericana está en medio de un fortísimo repunte cíclico. Y ese mensaje es el que hace fluir el dinero hacia las Bolsas americanas.

 

Pero ¿es realmente sólido y sostenible el crecimiento de la economía norteamericana? ¿Responde a un cambio estructural positivo, cuyo sustrato es la innovación y la disrupción tecnológica liderada por las grandes empresas digitales norteamericanas? ¿O es solo un crecimiento pasajero provocado por la rebaja fiscal de Trump? El tiempo dirá cuál de las dos posiciones es correcta , pero no cabe duda de que la Fed y su presidente, Jay Powell, han vuelto a hacer un gran trabajo la pasada semana, navegando en la ambigüedad y dejando un mensaje con fondo "dovish" en medio de anuncios de endurecimiento monetario. Un difícil equilibrio en el que Powell parece moverse bien por el momento.

 

Si miramos los datos económicos, el pasado miércoles la confianza de los consumidores americanos medida por la Conference Board arrojó el dato más alto desde septiembre de 2000. Hay que remontarse por tanto a los tiempos de la euforia de las puntocom para ver un dato tan positivo de confianza de los ciudadanos americanos. El jueves la revisión del PIB americano del segundo trimestre mostró un crecimiento anualizado del 4,2%, el mayor ritmo de crecimiento desde el tercer trimestre de 2014.

 

Estos datos indican una fortaleza extraordinaria de la economía norteamericana, y si esto es así las subidas de tipos de la Fed no solo son lógicas, sino que no afectaran al crecimiento. Sin embargo, Trump no lo debe de ver tan claro, ya que lamentó de forma inmediata a través de un tuit la subida de tipos de la Fed y varios economistas, entre ellos Dani Rodrik, al que citábamos la semana pasada, consideran que los problemas que subyacen a la guerra comercial son estructurales y van a pasar factura al crecimiento una vez se terminen los efectos (sugar rally) de la rebaja fiscal. Robert Shiller, Nouriel Roubini o Martin Feldstein son algunas de las voces que alertan de estos problemas estructurales y en consecuencia de los riesgos de una corrección brusca en las Bolsas americanas.

 

Ajenas a esos mensajes, las Bolsas americanas que han cerrado el tercer trimestre en el entorno de los máximos históricos de todos los tiempos, a diferencia de las restantes Bolsas. En el último trimestre el Dow ha subido el 9% el S&P el 7,2% y el Nasdaq el 7,1%. Sin embargo, el Eurostoxx ha estado plano en el trimestre (+0.1%) con algunas Bolsas europeas cayendo con fuerza (Mib italiano -4,2% en el trimestre, Ibex -2,4%, Dax algo mejor -0,5%) mientras otras han subido (Cac francés +3,2% en el trimestre, OMX finlandés +3,7%). Peor es el caso de los emergentes, cuyo índice MSCI Emerging en dólares ha caído un 2% en el tercer trimestre tras su descenso del 8,6% en el segundo trimestre. El MSCI de emergentes entró el pasado mes de agosto en situación técnica de "mercado bajista" (bear market) a mediados de agosto, aunque parece que las últimas semanas intenta salir de esa zona.

 

El tercer trimestre, que para el S&P ha sido el mejor desde 2013, ha agravado así la divergencia entre las Bolsas americanas y el resto, amplificando lo que ya venía pasando los últimos años, y solo por eso merecería ser calificado como un trimestre singular. La pregunta es si esa creciente divergencia es sostenible y nuestra respuesta, como ya hemos dicho en varios comentarios anteriores, es que no. Precisamente esta disparidad entre las Bolsas y la gran concentración de la subida de las Bolsas americanas en un grupo muy reducido de valores, sobre todo los llamados FAANG, es lo que nos mueve a ser muy prudentes a la hora de apostar por una continuidad del ciclo alcista.

 

Entramos en el cuarto trimestre tras la octava subida del precio del dinero por parte de la Fed, la tercera este año, y con las Bolsas europeas (salvo la francesa) y emergentes rezagadas respecto al resto. Las decisiones y comentarios de la Fed van a seguir siendo claves para las Bolsas pero tal vez el plato fuerte de este cuarto trimestre esté más bien en las elecciones americanas para renovar la mitad del Congreso y del Senado, las elecciones de mitad de mandato ("mid term"). Todo lo que está pasando en la política americana, incluidos la guerra comercial con China y el súper mediático proceso de elección de Kavanaugh como juez del Tribunal Supremo americano que estamos viviendo estos días, hay que leerlo en clave de las elecciones de noviembre.

 

Nos parecería difícil que la combinación de una Fed inclinada a volver a subir los tipos en diciembre y unas elecciones americanas que sin duda van a ser un "test" para Trump no genere mayor volatilidad en las Bolsas.

 

A corto plazo, esta semana tenemos una batería de datos económicos, sobre todo los PMIs americanos y europeos de manufacturas y servicios de septiembre y el informe de empleo americano de septiembre, siempre fundamental para la Fed.

 

Más allá de este corto plazo las Bolsas americanas se van a debatir en la recta final del año entre continuar su carrera alcista celebrando el impresionante "momentum" de la economía norteamericana o mirar hacia los riesgos que amenazan a la economía global, riesgos que inevitablemente afectarán en algún momento también a EE.UU.

 

El Wall Street de la era Trump es una maquina alcista a la que nada ni nadie parecen poder parar, ni siquiera los numerosos frentes políticos que tiene abiertos el propio Trump o la posible inestabilidad europea creada por Italia. Pero con el tipo del T bond ya instalado por encima del 3%, el Brent por encima de 80 dólares y el euro débil por la inestabilidad creada por Italia, la fortaleza de las Bolsas americanas se vuelve a poner a prueba.

La Fed pone fin a un tercer trimestre singular