jueves. 18.04.2024

Los manteros nunca mueren: siempre están ahí. Un clásico.

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Nos encontramos ante un problema al que parece que nadie quiere ver en su verdadera magnitud o que no se quiere o sabe afrontar. Es un ir y venir en el túnel  tiempo, nada cambia, se repite la historia y ya son muchos años. Demasiados.

 

 De vez en cuando saltan las alarmas cuando se producen altercados públicos de primer orden, enfrentamientos, o en menor medida cuando los comerciantes organizados se quejan. Reuniones urgentes. Fotos. Y luego a esperar a que se vuelva a la normalidad: más venta ambulante ilegal. Ya forma parte de nuestro paisaje turístico.

 

 Parece como si la historia sólo fuera con el comercio. Se escuchan frases como “otra vez los comercios con sus problemas de siempre”. “Pobre gente- los vendedores ambulantes-, y de que viven, si no”.

 

Y los comerciantes lo único que quieren es trabajar igual que hace el resto de la sociedad con libertad, seguridad  jurídica y sin competencias desleales como la de quienes  impunemente organizan esta tradicional y arraigada venta ilegal. Resulta desesperante. No nos imaginamos que en otros sectores ocurriera lo mismo. Pensemos en algunos. ¿Verdad que no?

 

Somos conscientes por  experiencia adquirida  que esta cuestión va mucho más allá. Detrás de los vendedores ambulantes -a quienes todos ponemos cara-,  existe quienes les producen y les distribuyen  las mercancías. Ellos son únicamente  el punto de venta, en la mayoría de los casos suponemos que explotados laboralmente. El gran negocio de la venta de esos productos se encuentra tranquilamente sin pasar apuros.

 

El origen del negocio se debe conocer, no parece difícil por otro lado,  es fácil pensar que quien tiene competencias sí tienen controlado el negocio en su origen, por lo que ¿nos tendrían que explicar porque no se actúa en el origen ? ¿Cuáles son las razones de esa impunidad? Si la respuesta está en dar una salida al problema social y humano de los vendedores, pues también los comerciantes estamos a favor de ello, pero por parte de  toda la sociedad  y no sólo a costa de nuestro sector.

 

Hemos llegado a oír decir que si la actividad que realizan los vendedores ambulantes ilegales la realizaran los comerciantes, contra estos sí se actuaría, porque “la gente sabe lo que venden aquellos y por eso en puridad no se puede decir que engañen a nadie”.

 

Pero rizando más el rizo ocurre que luego la administración que no puede atajar este tema, si se ve capaz de actuar en materia de consumo frente a aquellos comerciantes que venden esos mismos productos pero originales si bien con  algunos defectos en el etiquetado, y se les sanciona rigurosamente.

 

No pedimos que no se cumplan las normas, pero también que  se sea igual de riguroso en la  resolución de un tema que lleva enquistado tanto tiempo en nuestras vidas hasta convertirse en algo como nuestro. Un clásico. 

Los manteros nunca mueren: siempre están ahí. Un clásico.
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