jueves. 18.04.2024

Las playas de Baleares, uno de los principales patrimonios naturales pero también económicos, estan seriamente amenazadas al menos en buena parte de ellas a causa de los efectos del cambio climático.

 

Así lo revelan los primeros resultados del estudio que está elaborando el Govern en el que analiza los impactos y riesgos asociados al ascenso del nivel del agua en las zonas costeras y más en concreto sobre los arenales.

 

Estos primeros resultados han sido puestos sobre la mesa aprovechando el lanzamiento de la iniciativa 'Costes pel Canvi' por parte de la Conselleria de Transición Energética y Sector Productivos.

 

Este trabajo científico estará acabado a finales de año y ayudará a la planificación de medidas de adaptación a los efectos del cambio climático en las zonas costeras de las Illes Balears. Un equipo liderado por el SOCIB, junto con investigadores de la UIB y del IMEDEA (CSIC-UIB) es responsable de este estudio que analiza la exposición, vulnerabilidad y riesgo de inundación del litoral asociado a las playas arenosas de las Illes Balears.

 

Los primeros resultados del estudio de los efectos sobre la costa del ascenso del nivel del mar y el clima marítimo asociados a las proyecciones y escenarios del IPCC ya se pueden consultar en el visor de la IDEIB (Infraestructura de Datos Espaciales de las Islas Baleares)

Solo como ejemplo citar que según el peor de los escenarios, en el año 2100, en el caso de que las condiciones climáticas continuaran con su actual evolución quedaria plenamente inundada toda la Albufera de Mallorca así como la práctica totalidad del nucleo urbano del Puerto de Alcúdia y de la zona de las Playas de Muro.

 

El Puerto de Pollensa también se vería muy afectado por el aumento del nivel del mar pudiendo quedar en el 2100 inundada toda la playa y buena parte de la primera y segunda linea a lo largo de la costa. Ostras zonas verían afectado su paisaje de forma importante. Este es el caso de Cala Mesquida o también de la playa de Palma o de Magalluf. En ambos casos se perdería más de la mitad de su arenal.

 

El diagnóstico actual y el informe de riesgos prevé ayudar a priorizar actuaciones y desarrollar políticas sectoriales en relación con la adaptación al cambio climático de las zonas costeras. Así, los primeros resultados obtenidos apuntan efectos a media y larga escala temporal, y son una aproximación regional sólo para playas arenosas, ya que para su uso a escala local se deberían hacer estudios específicos.

 

Estos impactos consisten, sobre todo, en la pérdida o retroceso de las playas y la exposición de edificios y/o infraestructuras. A corto plazo los sectores socioeconómicos reclaman la regeneración con arena; a medio plazo se puede plantear una recuperación de los sistemas dunares, incluso a playas urbanas, mientras que a largo plazo (entre 60-100 años), no bastará con retroceder y/o eliminar paseos marítimos, y deberá plantearse dejar lugar en la playa eliminando edificios de primera línea de costa.

 

Costas por el Cambio mantiene que es necesario incidir en la viabilidad de soluciones de protección natural, acomodación y/o retroceso antes de desarrollar estructuras de protección artificial y que las medidas de adaptación que se consensúen sean una oportunidad para mejorar las zonas costeras de nuestras islas.

Baleares se arriesga a perder una parte importante de sus playas por el cambio climático