viernes. 19.04.2024

Con esta modificación se busca planificar y regular la actividad turística a Palma y repensar el modelo turístico porque sea sostenible. La modificación se elevará al pleno de marzo para su visto bueno definitivo. El planeamiento anterior permitía destinar cualquier edificio de Ciudad a establecimiento turístico.

 

Las medidas incluidas en estos cambios pasan por los siguientes puntos:

No se permitirá que el uso turístico sustituya las viviendas existentes, que se tendrán que mantener. Además, los hostales también se regirán por la nueva norma. La Playa de Palma queda al margen de la medida porque se rige por el Pla de Reforma Integral (PRI). De este modo, se garantiza que en ningún caso se pierdan viviendas para convertirlos en establecimientos turísticos.


En el Centro Histórico no se permitirán nuevos establecimientos turísticos ni albergues. Sí podrá haber a edificios catalogados que tengan un máximo de tres viviendas de más de 300 metros cuadrados. Tendrán que ser hoteles de cinco estrellas de, como máximo, 20 habitaciones. Además los edificios que quieran ampliar tendrán que estar catalogados y tener el resto de condicionantes. Las ampliaciones, además, no se podrán acumular, en total se tendrá que cumplir el precepto de las 20 habitaciones.


En Nuevo Levante se disminuye el suelo que se puede destinar a establecimiento turístico. Antes de la modificación, el planeamiento permitía destinar el 100 por ciento del suelo a uso turístico. Ahora solo se podrá destinar a uso turístico el 30 por ciento de las manzanas que tengan uso de servicios. Además, no se podrá perder ni una de las viviendas previstas, es decir, se tendrán que mantener las 2.550 viviendas que permite el planeamiento.

 

En el resto de la ciudad se marcan unas condiciones para la construcción de nuevos establecimientos turísticos y albergues. Así, solo se podrán ubicar en espacios públicos de como mínimo 20 metros y no solo en calles como se decía al visto bueno inicial (se incorporan los parques y las zonas verdes). Se tendrá que mantener el techo de viviendas existentes y no se podrá perder jefa. Además, el trasvase del uso residencial tendrá que ser dentro de la misma parcela, no se podrá trasladar en otro barrio. El uso de los establecimientos hoteleros y de los albergues juveniles tendrá que ser exclusivamente turístico para ayudar a la convivencia vecinal.


En julio de 2017 se aprobó una suspensión de un año la tramitación y la aprobación de licencias urbanísticas para uso turístico a las zonas con más presión de Palma. Así, está en vigor a cuatro ámbitos de Palma: Centro Histórico (desde Avenidas hacia adentro), Santa Catalina, Nuevo Levante y primera corona del Eixample (afecta en los barrios de Foners, Pere Garau, Marqués de la Fontsanta, Archiduque, Buenos Aires, se Fortín y Camp de en Serralta). El objetivo es aligerar la presión turística para buscar el equilibrio urbano y la diversificación, garantizar el acceso en la vivienda, el equilibrio entre el bienestar de los vecinos de Palma y la actividad económica que genere riqueza y ocupación.

Así será el futuro hotelero de Palma