miércoles. 24.04.2024

 

 

El 6 de agosto, se iniciaba la vendimia 2020 en la DO Binissalem, marcada por unas circunstancias totalmente atípicas, donde algunos viticultores se han acogido a las ayudas a la vendimia en verde y algunas bodegas al almacenamiento de vino.

 

En esta campaña se han incorporado dos bodegas nuevas, el Microceller Soca‐Rel en el término municipal de Consell y la bodega Santa Catarina Vinos de Mallorca, en Sencelles, con la intención de etiquetar sus vinos con la marca “DO Binissalem”, que se suman a las 11 bodegas que hacen uso de marca.

 

La vendimia se avanzaba una semana, respecto al 2019. Con las condiciones del invierno y de una primavera cálida, se preveía una vendimia con un mínimo de 15 días de adelanto, respecto a las fechas normales.

 

Aun así, el mes de junio fue bastante fresco y húmedo, provocando una ralentización de la velocidad de crecimiento, haciendo que la campaña en la comarca, finalmente, solo se avanzara una semana. Las lluvias de mayo y junio provocaron, en algunas zonas, la aparición de focos de “Mildiu”, un hongo que afecta principalmente a las hojas pero que, en época de floración y cuajado de la flor, puede afectar, de manera importante, a la uva.

 

Aun así, esta situación fue controlado por los viticultores que, atentos siempre del tiempo, aplican los tratamientos preventivos necesarios. Y como ya es habitual, esta campaña no se ha librado de días de calor extremo, una primera oleada a finales de junio y una segunda a finales de julio, hecho que influyó en la fecha de inicio de la vendimia.

 

Durante agosto y septiembre, meses suaves y poco lluviosos, la vendimia se ha desarrollado con tranquilidad y unas condiciones óptimas. Y este 13 de octubre acabó el corte de uva en la DO Binissalem, con la variedad foránea Cabernet sauvignon, 4 días más tarde que la vendimia del 2019.

 

La producción total destinada a elaborar vinos de la DO Binissalem ha sido de 1.065.868 kg, un 26% inferior a la del 2019.

 

El 72% de la producción corresponde a variedades tintas y el 28% a variedades blancas. Las variedades autóctonas, que marcan la singularidad de nuestros vinos, representan un 57% del total de la vendimia, dato que aumenta un 4%, respecto a la campaña anterior.

 

Respecto a las variedades tintas, la Mantonegro representa un 49%, Callet un 5% y Gargollassa un 0,3% y entre las blancas, la Moll representa un 52% y Giró ros un 12%.

 

La tipología de suelos de la comarca de la DO Binissalem, con gran cantidad de elementos gruesos, permite un buen drenaje y, juntamente, con las prácticas de cultivo y la orientación de las viñas, son factores claves para minimizar los efectos provocados por las condiciones meteorológicas.

 

Hay que destacar que las variedades locales, generalmente, tienen muy buena respuesta a las condiciones climáticas propias de la zona a las que están muy adaptadas, permitiendo obtener vinos de calidad con características diferenciales y singulares de la DO Binissalem.

 

Para iniciar la vendimia, los viticultores valoran el grado de maduración idóneo, es decir, tanto la concentración de azúcares como la maduración fenólica, que determinará el momento óptimo en función del vino al que se destine esta uva, parámetros condicionados por la disponibilidad de agua y la temperatura ambiental. Ahora los enólogos trabajan con las elaboraciones para sacar el máximo potencial de cada variedad y obtener vinos singulares y de la máxima calidad.

La vendimia de la DO Binissalem finaliza con una bajada del 26% en la producción
Entrando en la página solicitada Saltar publicidad