sábado. 20.04.2024

Es el ejemplo de la empresa familiar que ha sabido dar el salto a la siguiente generación. De un traspaso de poderes, que ha llevado a Bosch & Lozano al siglo XXI en una transición sin sobresaltos, con el permiso de la crisis del Covid-19.

 

“La crisis de la Covid-19 ha hecho tambalear toda la estructura, como ha ocurrido con tantas empresas”, en palabras de Josep Bosch, que actualmente ocupa el cargo de director general de la empresa. “Una situación, en ningún caso deseable para nadie, que nos ha mostrado una versión de las personas y de las empresas que hasta ahora no conocíamos y que difícilmente volveremos a ver. Son semanas de empresa al cien por cien. No debemos olvidar que el gran drama de esta situación es médico, el resto puede que sea fruto de otras circunstancias y que la Covid-19 ha puesto en primera fila”.

 

Bosch & Lozano se dedica a la distribución de recambios de automóviles, náutica, vehículos industriales, industria, equipamiento y servicios para talleres. Cuenta con doce tiendas, diez en Mallorca y dos en Menorca, e impulsa las marcas ad, Autotaller, Autoneumatic y Milenium que agrupa más de 200 talleres mecánicos independientes en las dos islas.

 

“La crisis de la Covid-19 ha hecho tambalear toda la estructura, como ha ocurrido con tantas empresas”

 

“Es imprescindible el apoyo de los que pasan el testigo”, asegura Josep. “Podemos decir que soy el director general, pero en la práctica, somos un equipo de cuatro personas en el área de dirección. Cada uno con un ámbito de trabajo asignado. Seguramente ha sido uno de los cambios estructurales más importantes que hemos acometido y que no son sencillos en una empresa familiar con 60 años a su espalda”.

 

El traslado de la sede central de Bosch & Lozano al polígono Son Castelló tuvo lugar en 1987 y supuso un salto a la modernidad para la empresa. Entonces Josep tenía 12 años, pero todavía recuerda la fiesta de inauguración, ya que además coincidía con el 25 aniversario de la empresa.

 

Sus orígenes se remontan a 1962, cuando Recanvis Bosch - que así se llamaba- era una tienda de recambios y taller de coches situada en la calle Nicolás de Pacs de Palma, que se mantuvo activa hasta el año 2015, cuando cedió el espacio a un conocido supermercado. De hecho, para Josep y su familia, la empresa siempre ha sido ‘sa tenda’, en referencia a la tienda de Palma, aunque él empezara a trabajar los veranos ya en la sede central del polígono Son Castelló.

 

“Tenía 19 años. Comencé a estudiar Empresariales en la UIB y a los 20 años me incorporé de forma activa, tocando todas las capas del negocio, como se hacía antiguamente, para conocer bien su funcionamiento y adquirir experiencia”. Recanvis Bosch nació gracias al emprendimiento de dos familias. Por parte de la familia Bosch, tiraron del carro los hermanos José y Pedro, abuelo y tío de Josep, respectivamente. Por parte de la familia Lozano, lo hizo don Joan Lozano.

 

La siguiente generación, sin embargo, fue la que impulsó la empresa, gracias al trabajo de los hermanos Pep y Vicenç Bosch (hijos de José, y padre y tío de Josep, respectivamente) y de Joan Lozano, hijo de Don Joan. “Han sido tres personas muy complementarias, por formación y carácter”, explica Josep. Estos emprendedores pioneros se han jubilado recientemente, pero siguen estando a disposición de sus hijos al frente de la empresa. “Su generación lo ha tenido más difícil que nosotros porque ellos no tenían en quien mirarse. Nosotros podemos contar con su experiencia”, reflexiona Josep.

 

Josep representa hoy a la tercera generación de Bosch & Lozano. A su lado están su hermana Marta (que se encarga del departamento de Recursos Humanos), su primo Vicenç (responsable de compras) y Joan Lozano (responsable de la parte financiera, al igual que hizo su padre).

 

Se repiten los nombres y, en cierto modo, los roles de los mayores. Justamente porque la empresa ha crecido mucho, ha cambiado también la estructura organizativa: desde las cuatro personas que integran la dirección, al equipo de mandos intermedios. Antes estas figuras no existían, ya que la gerencia coincidía con la propiedad y tomaba las decisiones directas. Pero, en la actualidad, el equipo humano es tan grande que se hace necesaria la participación de esos mandos intermedios. Es una empresa familiar, es cierto, “aunque con una estructura profesional”.

 

"En la actualidad, el equipo humano es tan grande que se hace necesaria la participación de esos mandos intermedios"

 

“Desde pequeño pensé muchas veces que trabajaría aquí; es lo que conocía. Pero ni yo ni el resto estamos aquí por nuestro apellido, ni por herencia familiar, si no por nuestro trabajo. Cuando comencé con responsabilidad en la empresa la plantilla era de 53 personas. Antes de la Covid-19 éramos más de 200. No fue mérito mío. Para mí el orgullo (y el compromiso) es saber que estamos dando trabajo a muchas familias y esa también es la máxima que nos guía con esta crisis”.

 

Nada se asemeja a la crisis que estamos atravesando debido a la pandemia del coronavirus, pero Josep recuerda la de 2008. “Había falta de dinero circulante y quien no tenía dinero no reparaba el coche, alargaba los mantenimientos y las reparaciones. El taller tenía menos actividad y eso les afectaba a ellos, pero también a nosotros que les proveemos de material. ¿Cómo la pasamos? Buscamos cómo mejorar el rendimiento de nuestros servicios. La crisis nos dio la oportunidad de optimizarnos”.

 

Para reuniones especiales Josep Bosch trabaja desde el despacho de su padre y de su tío, donde se percibe la huella de generaciones anteriores.  En las paredes cuelgan imágenes antiguas de carreras de coches. Un 600 Conti corre a toda velocidad por una carretera de la Serra de Tramuntana.

 

“Son las carreras del Puig Major del año 66”, en las que participaban su padre, de piloto, y su madre, Assumpció Renom, de copiloto. Entonces eran novios. Se habían conocido en la tienda de Nicolàs de Pacs donde Assumpció entró a trabajar. La historia se repitió años más tarde, cuando su tío Vicenç conoció también en la tienda a la que sería su mujer, Marisa Aranda.

 

“En mi caso, la buena relación con mi padre ha sido posible, en parte, gracias a mi madre”, elogia Josep. “Sin ella yo no estaría aquí, lo tengo claro”. Porque no siempre es fácil separar lo personal de lo profesional. Quizás se deba a que la segunda generación “es gente muy dura, y muy líder. Mi padre, que es el caso que a mí me toca de cerca, ha sido líder aquí dentro, líder en el sector y líder en las agrupaciones en las que ha participado. Y claro, ha sido una negociación especial”.

 

Por negociación se refiere al paso del testigo, a la introducción de ideas de esa tercera generación que venía empujando para hacerse un sitio. De sus palabras se desprende la rendida admiración que siente por su padre y espera que “algún día pueda hacerlo como él”. “No es mi mejor amigo porque es mi padre, pero si no fuera mi padre, sería mi mejor amigo. Admiro en él que ha tenido la habilidad de dejarnos un montón de caminos, mucho espacio, y siempre nos han dado la oportunidad de equivocarnos”, dice. Su apoyo, y el apoyo del resto de la familia de segunda generación, ha sido determinante para situar la empresa en el momento actual, que no es sencillo.

 

El actual director de Bosch & Lozano tiene 45 años y cuatro hijos, de 19, 16, 13 y 9 años en el momento de la entrevista. Su mujer, Teresa Arias, es maestra. El mayor, que estudia ADE y Derecho en la Universitat de les Illes Balears, ya ha pasado un par de veranos trabajando en la tienda de Son Castelló, pero imagina su futuro fuera de la isla.

 

Amante del fútbol, Josep Bosch trabajó un breve tiempo como cronista deportivo en un periódico y hoy en día forma parte de la directiva de un equipo. En su tiempo libre disfruta de estar con la familia, sale a navegar y a pescar.

 

Por delante le quedan desafíos como la crisis de la Covid-19 y el desarrollo del coche eléctrico, un cambio radical al que tendrán que adaptarse. Pide que los políticos legislen conociendo la realidad de todos los sectores involucrados.

 

“Si las decisiones se toman con sentido común, no será una revolución sino una evolución y estaremos al día”. “Trabajamos muy duro para ser líderes del mercado de recambios de automoción”, dice Bosch.

 

“Participamos en foros nacionales e internacionales para estar muy al día, porque para nosotros es muy importante que nuestros clientes también lo estén. Si ellos evolucionan, nosotros también lo haremos. Vemos el futuro a través de los ojos de nuestros clientes”.

 

La empresa familiar forma parte del ADN de Josep Bosch y está todas las horas del día en su cabeza. “Te encuentras con un anuncio en la radio o en la televisión sobre un champú y el mensaje te interesa. Y entonces ya estás pensando en si podrías vender bujías de esa forma. En un bar alguien te comenta que es vendedor y te planteas si pudiera encajar en tu empresa. O conoces a alguien que trabaja en telefonía y le preguntas cómo cobra los incentivos para aplicar ese modelo. Al final estás todo el día pensando en la evolución de tu negocio”.

Bosch: “Trabajamos muy duro para ser líderes del mercado de recambios de automoción”
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