La salida de personas extranjeras de España aumentó un 83% en el primer semestre de 2021 respecto a la primera mitad de 2020 y la entrada bajó un 22,6%, una situación que ha provocado una "insuficiencia en la disponibilidad de trabajadores" en la hostelería, la agricultura y la construcción.
Así se desprende del artículo sobre la incidencia de los flujos migratorios en la oferta laboral adelantado este martes por el Banco de España y que formará parte de su próximo informe trimestral de la economía española, en el que se indica que "el saldo migratorio durante la primera mitad de 2021 fue prácticamente nulo, de apenas unas 8.400 personas".
Detrás de estas cifras está la crisis del covid-19 y sus consecuencias, es decir, las restricciones a la movilidad internacional, el propio temor al virus y un contexto de elevada incertidumbre que han provocado "un descenso muy significativo de los movimiento migratorios" a escala global.
En el caso de España, el saldo migratorio de extranjeros en 2020 se redujo un 48%, desde las 446.000 personas en 2019 a las 232.000 en 2020. Las llegadas bajaron un 37,7% (de 666.000 a 415.000) y las salidas, un 17% (de 220.000 a 183.000).
Otra de las consecuencias de la pandemia de coronavirus ha sido una recomposición en la procedencia de los inmigrantes, ya que los originarios de Europa han ganado peso "de forma considerable": en 2019 representaban el 25% del total; en 2020, el 31%, y en el primer semestre de 2021, el 42%. Por contra, han bajado aquellos procedentes de América Central y del Sur. En 2019 eran el 49% del total; en 2020, el 44,5%, y en la primera mitad de 2021, el 26%.
Este comportamiento de la migración ha provocado una evolución diferente entre la oferta laboral de los trabajadores nacionales y la extranjera. En el primer caso, se ha recuperado "un nivel compatible con su tendencia precrisis", pero en el segundo, la tendencia se sitúa "muy por debajo".
Por ello, sectores mayormente ocupados por trabajadores extranjeros, como la hostelería, agricultura y construcción, están sufriendo una mayor escasez de manos de obra, según reportan los propios empresarios, quienes reconocen que se trata de "un factor limitante de su actividad en la actualidad".
El Banco de España indica que es difícil prever la evolución de estos flujos migratorios en el futuro, aunque se puede esperar "cierta recuperación" a medida que se relajen las restricciones a la movilidad y se materialice la demanda de mano de obra extranjera que no se ha podido satisfacer durante la pandemia.
Por otra parte, en el documento se hace referencia a los proyectos de inversión vinculados al programa Next Generation EU y se alerta que podría haber "un déficit de mano de obra" en sectores de actuación prioritaria y que son muy similares en países de la Unión Europeo.
