viernes. 29.03.2024


En los últimos días los conductores españoles han podido ver cómo el precio de los carburantes mantenía su tendencia alcista hasta situarse, en algunas gasolineras, por encima de los 1,8 euros el litro. Mientras que, por su parte, el precio del barril de Brent ha ido cayendo, sorprendiendo esto a miles de españoles. 

 

“¿Por qué sigue subiendo el precio de la gasolina si el petróleo está cayendo? Esta es una pregunta muy habitual entre los conductores españoles, pero la realidad es que se trata de dos mercados de cotización diferentes que no siempre están ligados”, revela Manel Montero, director general de Grupo Moure.

 

A este fenómeno se le denomina ‘efecto cohete’ y ‘efecto pluma’, ya que la subida del precio del crudo acostumbra a provocar un incremento importante de la gasolina, mientras que un descenso del petróleo no. 


En este sentido, Montero explica que el precio del petróleo depende de cinco factores: “las situaciones políticas de orden mundial, las cuotas de producción, las existencias, el comportamiento de los países productores y, por supuesto, la demanda”. A su vez, el crudo cuenta con su propio índice de referencia internacional, el barril de Brent. 

 

“Es aquí donde surge la principal diferencia, ya que el precio de los carburantes cuenta con su propio mercado, que ya no es internacional sino local, y, a pesar de estar relacionados, en muchas ocasiones no funcionan de forma simultánea. Básicamente por un efecto temporal, y porque los condicionantes que constituyen el precio del gasoleo y la gasolina ya no son los mismos que componen el precio del petróleo”, detalla Montero

 

A la hora de hablar de gasóleos y gasolinas, hay que tener en cuenta no solo el valor de la materia prima (el crudo), sino también los costes de refinería, así como el tiempo que transcurre entre la compra inicial y la fase final de dicho proceso. Además, a todo esto, hay que añadir los márgenes de las distribuidoras y los impuestos especiales de los hidrocarburos y el Impuesto de Valor Añadido (IVA), que tienen un gran impacto en el precio de venta el público. 

 

“Por lo tanto, la gran diferencia es que el precio del petróleo está fuertemente influenciado por la oferta y la demanda, mientras que el precio en las gasolineras está marcado por el precio de compra que hayamos conseguido al ir al distribuidor. En segundo lugar, además, encontramos la más evidente de las diferencias, y es que los coches no consumen crudo, sino gasóleos y gasolinas refinadas y distribuidas en los diferentes canales de distribución”, concluye el experto. 

¿Por qué sigue subiendo el carburante, aunque baje el precio del petróleo?