viernes. 19.04.2024

Entre las muchas aplicaciones que tienen los drones, preservar los espacios naturales y reducir emisiones dañinas al ecosistema es la que más nos afecta a todo el planeta. Con los objetivos 2030 sobre la mesa, sin duda los drones son un gran aliado para alcanzarlos.

 

Estos dispositivos utilizan potentes sistemas de control, sensores y cámaras que les confieren unas capacidades extraordinarias. Pueden monitorear grandes extensiones de terreno permitiendo la localización temprana de cualquier incidente y recabar tantos tipos de datos como necesitemos para entender el ecosistema.

 

Por eso, muchas comunidades ya cuentan con aeronaves no tripuladas para vigilar espacios protegidos y detectar posibles anomalías o comportamientos ilegales.

 

Ejemplo de ello es la Axencia Galega de Innovación que muestra un gran apoyo a esas iniciativas desde su Programa de Soluciones. Gracias al mismo, se conseguirá un refuerzo de la seguridad marítima de la flota pesquera gallega y la automatización de muestreos oceanográficos mediante vehículos no tripulados.

 

Esta tecnología permitiría llevar un seguimiento más exhaustivo de los vertidos de combustible al mar, la pesca furtiva o del fondeo de embarcaciones que afectan al ecosistema marino, como a la Posidonia oceánica en Baleares. Una práctica piloto que llevó a cabo la empresa Drone To Yacht en Ibiza el pasado verano, donde con la ayuda de sus drones para actividades delivery hizo un seguimiento de la ubicación de embarcaciones para proteger la Posidonia oceánica, y redujo considerablemente las emisiones contaminantes de fuel al mar.

 

A esta iniciativa se suma la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de Andalucía que  ha incorporado drones en la Estación Biológica de Doñana para el seguimiento de fauna y el Centro Tecnológico Forestal de Cataluña que ha recibido la autorización para comenzar a utilizar drones para investigar en ecología y conservación ambiental.

 

Este nuevo sistema de vigilancia une a científicos y ecologistas, ya que “sobrevolar los espacios naturales con drones repletos de sensores y cámaras puede aportar información de alta calidad a los ecólogos y nos permitirá dar un impulso a la ciencia catalana en el campo ambiental”, destacó el director general del CTFC, Denis Boglio. Además “permite detectar al instante cualquier situación perjudicial para el ecosistema y reducir el tiempo de respuesta para solventarla” explican desde Dron To Yacht sobre la colaboración que prestan con sus aeronaves en la recopilación de datos de interés científico.

 

La apuesta por esta herramienta está imponiéndose, ya que no solo son valiosos para monitorear extensas áreas, sino que su actuación en contacto con aves y animales es totalmente respetuosa. Investigadores franceses de la Universidad de Montpellier analizaron 200 vuelos con drones cerca de especies como el flamenco común, ánade real y archibebe claro y el resultado fue contundente: en el 80% de los casos, los vuelos no alteraron el comportamiento de las aves, ni generaron afectaciones en ellas.

 

Esta nueva labor de los drones junto a los nuevos proyecto piloto que están desarrollándose con éxito, sin duda supone un gran avance tecnológico y ayudarán a generar confianza entre aquellos que todavía ven a los drones como una amenaza y no como una herramienta de ayuda.

Los drones, el aliado perfecto para proteger la naturaleza