viernes. 19.04.2024

La asociación RBC Mallorca de PIMEM asegura que el proyecto de ley sobre el desperdicio alimentario del Gobierno es demagógico y se plantea sin haber hablado con todos los implicados en la cadena de valor que genera el sobrante alimentario. RBC ve en las intenciones de Madrid “un paso hecho desde el desconocimiento de cómo funciona el sector de la restauración”.

 

La misma asociación recuerda que el articulado del proyecto se fija en el índice de desperdicio alimentario que se da en los hogares españoles, pero, en cambio, se regula el sector de la restauración volviendo a estigmatizar estas empresas que son un eslabón más de la cadena y donde ya se aplican medidas para que no se produzca este desperdicio. Para la presidenta de RBC, Eugenia Cusí, “parece que la medida no está alineada con el índice de desperdicio que provoca la restauración y por tanto puede ser una actuación incongruente”.

 

Los restauradores de PIMEM recuerdan que actualmente los restaurantes ya facilitan que sus clientes puedan llevarse la comida que sobra a casa sin ningún coste, pero de manera voluntaria, es decir “lo que pone el proyecto de ley ya lo estamos cumpliendo”.

 

Ahora bien, según Cusí, “si se obliga a hacerlo, lo que pasará es que el cliente que no haya solicitado llevarse la comida sobrante la acabará lanzando a la salida del restaurante o en casa y de esta manera no se ataca el problema de fondo que es evitar que la comida sobrante vaya a la basura”.

 

Por otra parte, la asociación recuerda que actualmente se obliga a los supermercados (otro actor vital de la cadena) a retirar los alimentos en su fecha de caducidad y tirarlos en un contenedor, que debe estar cerrado con un candado para evitar que se pueda acceder a la mercancía. RBC se pregunta qué ha previsto el nuevo proyecto de ley también para este sector, puesto que la información de que dispone es únicamente la que aparece en los medios.

 

RBC-Mallorca propone trabajar para que haya más sinergias dentro del sector como los que actualmente se están llevando a cabo desde sus cocinas centrales. “Hablamos de espacios donde se concentra la producción, pero también las raciones de alimentos de tal manera que a los locales llegan cantidades de alimentos bien calculadas disminuyendo el desperdicio y los costes”, según Cusí.

 

La asociación asegura que esta ley haría más por la disminución del desperdicio alimentario si fomentase las sinergias y coordinación entre los diferentes actores implicados. “Se trata de superar la obligación y la sanción por la cooperación y sobre todo si se legisla, contar de antemano con los sectores afectados que son los que pueden aportar más y mejor conocimiento y experiencia”.

RBC-Mallorca carga contra el proyecto de ley sobre el desperdicio