viernes. 19.04.2024

 

Robert Sarver ha sido presentado esta mañana como cabeza visible del nuevo grupo de inversores que se ha convertido en el máximo accionista del Real Mallorca y ha asegurado que su inversión no es una “aventura” ya que su compromiso es a largo plazo y que, aparte de la inversión,  garantiza mucho trabajo para que la gente quiera venir al club. “No siempre acertaremos pero nadie va a trabajar más que nosotros. Me siento afortunado de poder invertir en una institución con una historia centenaria. Lo más importante es que el club pertenece a la comunidad, a los aficionados, nosotros custodiamos un bien ajeno”, señaló.

 

El americano fue presentado por el hasta ahora máximo accionista, Utz Claassen, quien remarcó que estaba “feliz y orgulloso” porque, a su parecer, “he traído al club al mejor inversor posible”. El alemán destacó que con la entrada del nuevo grupo se garantiza un futuro ilusionante para el club y su supervivencia y anunció que se quedará vinculado a la entidad como “consejero y accionista a largo plazo y como presidente en el año del centenario”. Claassen destacó que la operación permite combinar la tradición de un club centenario con las posibilidades del mercado global, “lo mejor que puede pasar es la entrada de gente experimentada en la NBA. Es un proyecto fenomenal para el club y para el mallorquinismo”.

 

Sarver agradeció el buen trabajo de Claassen “que ha sentado las bases para que mi grupo pueda entrar en el accionariado” y destacó que su intención es invertir tiempo y dinero en el Mallorca, “queremos utilizar nuestros contactos para ayudar al club y reforzarlo”. Para ello, anunció que afrontarán una mejora importante en infraestructuras e instalaciones, aunque, apuntó, “lo más importante será ganar partidos, porque los aficionados pedirán resultados”.

 

El nuevo propietario destacó, en este sentido, que valoran el apoyo de la afición y que quieren devolverles la ilusión, “la mejor manera de ayudar al Mallorca es asegurar que tiene recursos y que tiene la gente más preparada trabajando aquí”. Asimismo reconoció que el dinero “no siempre es garantía de éxito” y que son conscientes de que la segunda división es muy difícil y competitiva pero que, sin ponerse plazos, “la intención es subir cuanto antes”.

 

También fue presentado en la rueda de prensa  el nuevo Consejero Delegado del club, Maheta Molango, quien será el encargado de dirigir el día a día en todas las áreas de la entidad. Molango aseguró que no han venido a hacer promesas, sino a trabajar, y que son conscientes de lo que quieren jugadores y afición, “no sé si haremos las cosas bien o mal, pero sé que somos gente honrada que venimos a trabajar duro y a ayudar. La gente está cansada de promesas”. Asimismo, Steve Nash, ex jugador de los Phoenix Suns, ejercerá como asesor deportivo del club.

 

Molango adelantó que, de momento, mantienen a Gálvez como entrenador del  primer equipo ya que, les consta, es muy querido por la afición, “estamos aquí para ayudarle y apoyarlo”. En los mismos términos contestó cuando fue preguntado por el futuro del actual director deportivo, Miguel Angel Nadal, del que dijo “es una institución y un valor del club, estamos muy cómodos con él. Esta es su casa. Ahora acabamos de llegar y nos estamos conociendo, veremos si va bien”.

 

El mismo argumento, son recién llegados, fue utilizado al responder si estaba previsto hacer nuevos fichajes en el mercado invernal, “lo que te marca las decisiones es el día a día. Tenemos que ver que es lo que se necesita. No hay nada cerrado”.

 

El nuevo Consejero delegado apuntó que, en su opinión, los éxitos del club llegarán con la unidad del grupo, el compromiso de todos sus integrantes  y con grandes dosis de realismo, “me encanta el dicho de partido a partido, no hay que dar promesas, hay que trabajar. Vamos quintos por la cola, no vamos a engañar a nadie. El club se merece volver a primera, pero no vamos a prometer nada más que trabajo, honestidad y ambición. Podemos convivir con la falta de gol y con los malos partidos, pero no con la falta de  trabajo y compromiso”.

Un Mallorca con sabor NBA