jueves. 25.04.2024
DO BINISSALEM

Llabrés: "El vino mallorquín goza de muy buena fama sobre todo entre los residentes extranjeros"

Can Ramis de Sencelles mantiene la esencia de los antiguos cellers pero aspira a crecer gracias a su modernización

El sector del vino en Mallorca ha crecido de forma exponencial en las últimas décadas pero más allá de las nuevas bodegas, la mayoría de ellas de pequeño tamaño, han conseguido sobrevivir también las 'de toda la vida', las que han superado vientos i tempestades y aún encierran en si mismas el sabor más auténtico de la tierra. Son cellers como Can Ramis en los que la producción de vino es casi una tarea artesanal.

Bajo el amparo de la Denominación de Origen Binissalem en Can Ramis, ubicado en el corazón de Sencelles, se producen apenas unas 13.000 botellas, en un 80% de vino tinto y se mantiene la costumbre de vender vino joven a granel puesto que aún mantienen una clientela tradicional que así lo requiere.

 

Pere Llabrés, cuarta generación que gestiona la bodega, es quien abordó la necesidad de modernizar los procesos productivos para elaborar vinos de mayor calidad y conseguir llegar a nuevos segmentos como el de la restauración o incluso la exportación. De hecho comenta que este es uno de los proyectos de futuro ya que hay clientes extranjeros interesados en disponer de un volumen de vino más alto. En cuanto al mercado interior la distribución es complicada por la elevada competencia existente pero se muestra satisfecho en los avances.

 

El secreto de Can Ramis reside en producir vino con las dos variedades autóctonas más destacadas como el Mantonegro o el Premsal Blanc y hacerlo siguiendo los procesos de toda la vida pero con la introducción de tecnología. De hecho, en las 4,5 hectáreas de viña que explotan cuentan con cepas de Mantonegro de más de 30 años. Además la selección de la uva con la que se producen los vinos aún se realiza de forma manual.

 

Llabrés comenta que "en la DO Binissalem estamos muy cómodos por que gracias a ella se garantiza un nivel de calidad del vino gracias a los controles que se realizan y también que sigamos defendiendo las variedades locales".

 

Llabrés comenta que en estos momentos el vino mallorquín goza de muy buena fama y sobre todo entre los extranjeros residentes y más que entre el público local que, en los últimos años reconoce el buen trabajo de los bodegueros de Mallorca con su consumo pero aún tenemos mucho margen de crecimiento".

 

Según Llabrés "uno de los handicaps del vino de Mallorca es el precio. No hablamos de que sea un vino caro sino de que padecemos tal invasión de vino de la Península, en especial de Rioja o de Ribera, que hace que muchas veces por una simple cuestión de precio el consumidor se decante por lo que viene de fuera. Nos queda mucho trabajo por realizar en este sentido".

 

En Can Ramis siempre se trabaja con la misma filosofia."Si el cliente disfruta con el producto lo consumirá y más aún si es de la tierra. Por lo tanto tenemos que trabajar cada día para mejorar un poco más nuestro vino".

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