jueves. 28.03.2024

Las bodegas de Mallorca han empezado a despertar para usar en beneficio propio los millones de visitantes que pasan cada año por las islas. En estos inicios del enoturismo algunos 'cellers' han encontrado ya una fuente estable de ingresos y complementaria a la producción de vino. No son aún muchos los casos pero si representativos.

 

En la DO Binissalem y más en concreto en Santa Maria, se encuentra ubicada la bodega Ramanyá que viene produciendo sus vinos desde 2003 dando una preeminencia absoluta a las variedades autóctonas.

 

En Ramanyá tienen un planteamiento diferente que les está llevando al éxito en materia de enoturismo. De hecho solo el pasado año consiguió atraer a más de 10.000 visitantes, una cifra alta teniendo en cuenta, además, que se trata de una bodega pequeña con una producción de entre 50.000 y 60.000 botellas anuales.

 

El secreto reside en su oferta diferencial. En Ramanyá han conseguido articular una visita destinada a descubrir la historia de Mallorca a través de una colección etnográfica de objetos de coleccionista, que son pequeñas joyas de la historia local.

 

Como explica Antoni Ramis, segunda generación de la bodega, en la familia coleccionábamos objetos antiguos y herramientas tradicionales de Mallorca. Intentámos crear en otro lugar un centro de interpretación y un museo de las labores del campo en la isla pero tuvimos muchísimas trabas burocráticas. Finalmente optamos por crear un concepto mucho más modesto en nuestra finca".

 

Y es que los visitantes, en una visita de algo más de una hora descubren como eran diferentes oficios como el de herrero o el de joyero o zapatero a través de las herramientas antiguas. También como era la vida en una possessió mallorquina admirando desde los carruajes de los señores hasta los aparejos del campo. En esta inmensa colección hay piezas únicas y destaca una muestra de carros antigos espectacular".

 

Todo ello sumerge al visitante en el pasado para finalizar con una cata de los vinos de Ramanyá en una de sus dos terrazas.

 

Antoni Ramis comenta que el perfil de visitante que tenemos "es en su mayoría extranjero y principalmente de nacionalidad alemana e inglesa pero también escandinavos que buscan tocar la parte auténtica de Mallorca". Confiesa también que "los mismos mallorquines empiezan también a buscar visitas a bodegas como la nuestra".

 

Si bien el turismo es una fuente importante de ingresos en Ramanyá también son conscientes de que el vino es el argumento principal. Por este motivo no se cansan se innovar y mejorar sus productos a partir siempre de las variedades locales Mantonegro y Premsal Blanc. Especial mención cabe realizar a sus vinos monovarietales, a la producción de espumoso, en pleno auge en Mallorca o también a su nuevo vino dulce.

La bodega Ramanyá ya hace rentable el enoturismo