viernes. 29.03.2024
EMPRESARIOS CON VALOR - ASIMA

Gabriel Barceló: "El grupo ahora es diez veces más grande y cien veces mejor de como lo dejé yo"

El fundador del grupo turístico se muestra preocupado por la situación de las empresas y la destrucción de empleo pero ve oportunidades en la dificultad

Estar frente a Gabriel Barceló es estar frente a una hemeroteca de historia y cultura. Historia familiar que comienza en Felanitx con una empresa de autocares que fundó su padre en 1931 con 29 años y que, en plena Guerra Civil, Gabriel con tan solo once años empezó a ayudarle. Hoy reproducimos la entrevista publicada en el nuevo libro 'Empresarios con valor' editado por Asima.

“En aquel momento no había gasolina, por lo que se organizó una agencia de transporte y veníamos en el tren de Felanitx a Palma. Llevando normalmente cosas del campo y algunos útiles que se necesitaban”, comienza a contar. “Empecé a trabajar hace ahora exactamente ochenta años”, dice sonriendo. “A los dieciocho hice el servicio militar y a partir del año 50 empecé a estar en contacto con el turismo”.

 

En esa época ofrecían a los turistas hacer excursiones para visitar Valldemossa, Sóller, Formentor, las Cuevas del Drach, entre otros enclaves. En 1954 Gabriel recuerda que empezó su actividad de agencia de viajes. Como el desarrollo del turismo era tan extraordinario y había tal demanda, en 1960 decidieron empezar su actividad en hoteles.

 

En 1962 construyeron su primer hotel en la playa de Palma. En aquella época tenían una pequeña agencia de viajes con oficinas en Mallorca, Menorca, Ibiza y Barcelona. “Teníamos la actividad de los autocares que era la básica desde hacía treinta y un años, y cuando empezamos la actividad de hoteles, la empresa en aquel momento podía tener unos 200 empleados (hace este inciso), continuamos nuestra expansión. Primero con la agencia de viajes a la Península y a Canarias, hasta que en 1981 damos nuestro primer paso internacional y nos establecemos en México, Brasil, Venezuela y otros sitios”.

 

En el año 1985 abren el primer hotel en el Caribe, “que por cierto fue pionero porque fuimos la primera empresa española en construir un hotel en República Dominicana”.

 

Gabriel Barceló se jubila en 1993 y le sucede su hermano Sebastián, “que en Paz Descanse”. Eran los dos socios de la empresa, al 50%. “Habíamos trabajado juntos toda la vida y él estuvo hasta el año 2000 en que nos suceden nuestros hijos, su hijo Simón y mi hijo Simón Pedro, que son los dos copresidentes del Grupo Barceló en la actualidad”.

 

Es una empresa familiar, “como las buenas” (sonríe) que ya va por la cuarta generación. Hace unos años se incorporó el primer nieto de su hermano Sebastián que ahora está de director de un hotel en Guatemala. “Mi hijo y mi sobrino son jóvenes por lo que les quedan años por delante para seguir consolidando”, dice.

 

Gabriel Barceló tiene en su cabeza una enciclopedia de fechas, es admirable. Lo recuerda todo como si fuera ayer. En los años sesenta, se remonta, “la demanda era muy alta y no había hoteles suficientes con lo cual, con nuestra actividad de agencia de viajes necesitábamos hoteles, por eso decidimos construir hoteles para tener más plazas y hacer negocio”.

 

“Con motivo de la guerra del petróleo, en los años 72-73 y 78-79 nos planteamos diversificar. En aquel momento ocurrió la primera pequeña depresión".

 

Porque el turismo, dice, "ha demostrado ser una industria mucho más sólida de lo que muchos pensaban. Muchos pensaban que el turismo era algo pasajero”. En cambio, la familia Barceló tuvo desde el principio una fe ciega en el turismo y “lo único que nos planteamos en este momento fue expandirnos hacia otros lugares para diversificar más”.

 

"El turismo ha demostrado ser un a industria mucho más sólida de los que muchos pensaban"

 

Ese fue el motivo, explica. “Con la suerte de que nos encontramos, precisamente en República Dominicana con unas condiciones extraordinarias y donde no había prácticamente nada. Estaba todo por hacer. Con lo cual, aquello fue el éxito más notable de nuestra actividad e historia empresarial”.

 

Afirma que fue un camino fácil porque tenían una gran fe en el turismo y porque en República Dominicana en los 80, era la Mallorca de los años 50. Cuando Gabriel Barceló descubrió Bávaro, tuvo un flechazo, “como también lo podíamos tener con Formentor en Mallorca”, expresa.

 

"Vamos a peor. Se ha disparado en los últimos años una turismofobia de un grupo reducido de ciudadanos que hace mucho ruido"

 

Opina que “Vamos a peor”. “Se ha disparado en los últimos años una turismofobia de un grupo, creo que, reducido de ciudadanos, pero que hace mucho ruido y la sociedad civil que se perjudica con estos hechos no reacciona como no reacciona frente a otros muchos casos como la mala política frente a otro tipo de actividades”.

 

Es muy sincero al expresar que “la sociedad civil mallorquina y española, en general, tiene un déficit de actividad social importante para intentar influir en el desarrollo de los acontecimientos”. Cerrado el capítulo de la historia del Grupo Barceló en el ámbito hotelero, viajamos al año 1989 que nace la Fundación Barceló.

 

Para Gabriel, tras haberse jubilado, “venir a trabajar a la Fundación fue una gran oportunidad” y hasta el día de hoy, con 91 años, viene todos los días. “Trabajo con mucho gusto, con mucha dedicación, con muchas menos horas que antes, ahora 4 o 5 horas al día, pero con plena actividad para intentar desarrollar una actividad muy bonita porque en la Fundación no tenemos que ganar dinero, excepto para tener fondo para gastarlos y eso nos permite ayudar a mucha gente a mejorar su situación de vida, lo cual es muy estimulante y agradecido”.

 

La actividad principal de la Fundación está basada en tres pilares, dice, “salud porque creemos que sin salud ninguna persona puede tener una vida digna; educación porque es la base del desarrollo de la persona y economía personal para mejorar su nivel de vida”.

 

Gabriel espera que sus descendientes continúen con la Fundación. De hecho, comenta, “cuando la creamos la dotamos con 500 millones de pesetas y a través del tiempo hemos ido aumentando nuestros recursos y en estos momentos superamos los 35 millones de euros de recursos propios, con lo cual la Fundación está consolidada y tengo la plena seguridad de que mis sucesores, tanto mis hijos como los nietos, como los bisnietos, vayan participando en esta iniciativa que para mí culmina una actividad personal y empresarial”. No puede dejar de recordar a su padre quien le inculcó “el sentido de la responsabilidad en el trabajo, el esfuerzo y la honradez”.

 

"Cuando creamos la fundación la dotamos con 500 millones de pesetas y a través del tiempo hemos ido aumentando nuestros recursos y superamos los 35 millones de euros"

 

Gabriel asegura que a sus hijos les ha intentado transmitir estos valores más algunos otros que ha ido aprendiendo con el tiempo, como es la formación profesional, mejorar la creatividad, ser más imaginativos para desarrollar más las cosas, pero básicamente, dice, “la función de la empresa es crear un producto que interese a los clientes, porque de otra forma no se justifica su existencia, y por otra parte tener resultados positivos primero para consolidarse y luego para expansionarse. Toda empresa que no sigue estas reglas para mí está destinada a su final”.

 

Lo han hecho de una forma magnífica, asegura, han tenido muchas dificultades, pero el Grupo Barceló no ha dejado de desarrollarse. “Hoy es diez veces más grande de como yo la dejé, hoy es cien veces mejor que lo que yo lo dejé" y “la función de la empresa es crear un producto que interese a los clientes, porque de otra forma no se justifica su existencia” son mil veces mejor de lo que era yo, por lo cual, auguro un brillante porvenir al grupo de cara al futuro”.

 

"La función de la empresa es crear un producto que interese a los clientes, porque de otra forma no se justifica su existencia”

 

Cuando cumplió 65 años, aunque se sentía bien, decidió retirarse y dar la oportunidad a sus descendientes de seguir con el negocio. “He conocido algún amigo a quien su padre no había dado esa opción y me daba mucha pena porque eran personas valiosas”, Gabriel quiso evitar ese riesgo y se siente muy contento de haberlo dado porque cree que la empresa es mucho mejor y porque ha tenido el placer de vivirlo, “con lo cual ha sido un gusto extraordinario”, afirma.

 

Al margen, debido a la situación generada por el coronavirus, Barceló desea expresar en primer lugar su pésame y sentimientos de apoyo “a todas las familias que han padecido algún fallecimiento, y expresar mi más sentido apoyo a todas las personas contagiadas y a todas las que están trabajando para eliminar o reducir los efectos de esta plaga”.

 

Como empresario retirado y a título personal, expresa, “vivo esta pandemia con gran preocupación por los grandes y adversos efectos que tendrá sobre la economía pública y privada, en general y en particular”.

 

Particularmente, dice, “con una gran destrucción de empleo, graves problemas económicos para todas las empresas, pero en especial para las pequeñas y para los autónomos y con un perverso efecto sobre las finanzas públicas ya que va a provocar un aumento notable de la Deuda Pública”.

 

"La pandemia va aprovocar un aumento notable de la deuda pública"

 

En estos momentos de dificultad y pesimismo, Gabriel desea recordar que “cada momento ofrece su oportunidad por lo que las empresas, empresarios y trabajadores saldremos de esta, como hemos salido de otras situaciones difíciles, si trabajamos duro y con ilusión ya que siempre es posible mejorar si nos empeñamos en ello”.

 

Añade que su actividad centrada en la Fundación Barceló, en la cual entre otras actividades tienen el Programa Alisol, que consiste en la donación de alimentos frescos, básicamente verduras y fruta a diversas entidades que distribuyen comidas o donan alimentos a familias necesitadas.

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