El BBVA obtuvo un beneficio atribuido de 1.229 millones de euros en España hasta septiembre de 2021, lo que supone más que duplicar los 469 millones ganados un año antes, cuando tuvo que dedicar un gran esfuerzo a la dotación a provisiones para proteger sus cuentas por la irrupción del coronavirus.
En un comunicado remitido este viernes a la CNMV, el BBVA explica que, además de la menor necesidad de provisiones, las cuentas de España también se beneficiaron del incremento de los ingresos por comisiones y operaciones financieras.
Estos 1.229 millones representan un 37% del beneficio total del grupo en esos nueve meses y se mantienen en segunda posición en cuanto a aportación por áreas geográficas, cada vez más cerca de la filial mexicana, donde el grupo obtuvo 1.811 millones de euros.
El crédito a la clientela no dudoso apenas creció un 0,2% en España, hasta 165.889 millones, debido principalmente al crecimiento de los créditos a las medianas empresas y de los préstamos al consumo.
En cuanto a la calidad crediticia, la tasa de mora mejoró ligeramente, hasta el 4,1 %, con una cobertura para insolvencias del 6 %, algo peor que el 67% anterior.
Los depósitos de la clientela bajaron un 3%, hasta 200.000 millones, aunque los recursos fuera de balance crecieron un 7% y permitieron que los recursos totales se mantuvieran estables.
El margen de intereses de España continúa siendo inferior al del mismo período del año anterior, aunque la caída es menor que en el trimestre anterior, y sigue afectado por el entorno de tipos a la baja y compensado parcialmente por los menores costes de financiación.
Las comisiones netas crecieron un 18%, gracias a la contribución de los ingresos asociados a la gestión de activos y a la aportación de los servicios bancarios y de seguros, en este último caso, por la operación de banca-seguros con Allianz.
La línea de otros ingresos y cargas de explotación compara negativamente con los primeros nueve meses de 2020, con 19 millones de euros acumulados frente a 141 millones hasta septiembre del año pasado, debido a la mayor aportación al fondo europeo de resolución FUR y a la menor contribución del negocio de seguros en esta línea por la operación de banca-seguros con Allianz.
Los gastos de explotación se redujeron un 1,7% en términos interanuales, gracias a las menores amortizaciones y al recorte de los gastos de personal y generales.
La entidad está inmersa en un ERE que afecta solo a España y prevé la salida de casi 3.000 empleados, que ya ha empezado, así como el cierre de 480 oficinas, para lo cual ha calculado un coste neto de 696 millones.
El deterioro de activos financieros se situó en 402 millones de euros, lo que supone una "significativa" reducción frente a los 1.075 millones acumulados un año antes en plena pandemia.
Lo mismo ocurrió con la dotación a provisiones, que fue de 242 millones de euros frente a los 430 millones del mismo período del año anterior, que recogía fondos para hacer frente a potenciales reclamaciones, explica el banco.
