martes. 23.04.2024

Conversamos Andreu Negre, Gerente de la bodega Santa Catarina;  un negocio emblemático y con historia en Mallorca que había cesado en su actividad y que ha renacido casi de sus cenizas para poner en valor los vinos monovarietales enraizados en la tierra.

 

¿Cómo empezó tu relación con el mundo del vino?

La verdad es que mi primera relación profesional con el mundo del vino es muy reciente, apenas 6 ó 7 años. Yo provengo del área económica y financiera en el ámbito de la empresa privada. Fue gracias a la familia Lundqvist, propietaria de la bodega Santa Catarina, quienes me ofrecieron la oportunidad de entrar en contacto con el sector vitivinícola y con el mundo del vino.

 

El primer contacto real que tuve con este sector fue al analizar a fondo, juntamente con el responsable de los viñedos y un enólogo, la viabilidad del proyecto que ellos quería retomar.

 

Me sorprendieron principalmente dos cosas: el largo plazo que se requiere para recuperar las inversiones y la lentitud de la transformación del viñedo. Un proyecto de este tipo es una auténtica carrera de fondo que conlleva un grado de incertidumbre y riesgo altísimo.

 

Cuéntanos un poco en qué está consistiendo el “Renacimiento de la bodega”...

Hay que volver atrás, al siglo XX, cuando Stellan Lundqvist, un empresario sueco muy joven, llega a Mallorca y se enamora de la isla. Ese recuerdo le hace regresar años más tarde y establecerse aquí de forma permanente, junto a su familia. Eran los primeros años 80. En ese momento se gesta Santa Catarina, en Andratx, la bodega que funda con el deseo de elaborar vinos de calidad.

 

En esos años, el objetivo era mejorar la producción de vino local. En ese momento previo a la gran transformación que el sector viviría poco después, Stellan apostó por las variedades foráneas y las plantó en sus viñedos. Santa Catarina se convirtió en una explotación pionera en aquella época. Introdujo por primera vez en Mallorca de una forma masiva las variedades nobles originarias de Francia tales como Cabernet Sauvignon, Merlot, Chardonnay… Esto supuso un auténtico revulsivo para la viticultura de la isla y provocó la reacción del sector que atraídos por la novedad, imitaron a Santa Catarina y comenzaron también a cultivar esas “nuevas” variedades, tan distintas a las autóctonas, para mejorar sus vinos.

 

Pasaron los años y, por circunstancias personales, el empresario tuvo que ir dejando a un lado su sueño hecho realidad. En el año 2001 Santa Catarina cesó su actividad de elaboración de vino propio. Nos encontramos ya en el siglo XXI, cuando la Bodega Santa Catarina inicia una etapa de “letargo” del que no despertará hasta unos años después.

 

Ahora, cuatro décadas más allá de su inicio, los hijos de Stellan Lundqvist, conocedores de su pasión, sus sueños y sus deseos, han decidido devolver a la isla su legado. Su mujer y sus hijos son quienes que se encuentran actualmente tras el proyecto de la renacida Santa Catarina, dando forma a una nueva bodega levantada en la finca que la familia sigue poseyendo en Sencelles, con más de cuarenta hectáreas de viñedos replantados y con unas modernas instalaciones que cuentan con equipamientos de última tecnología.

 

La nueva bodega es el resultado de la fusión de la antigua Santa Catarina, la primigenia, el origen del sueño, y de la nueva enraizada en el presente. Representa lo que fue y lo que será, y está dispuesta a recuperar la elaboración de sus propios vinos. Atraídos por los mismos factores que enamoraron a Stellan Lundqvist, sus hijos han decidido volcarse en un proyecto prometedor, comprometido y respetuoso. Seguirán sus pasos con la idea de mantener vivo y hacer crecer el sueño de su padre. Era el mayor tributo que podían ofrecer a su fundador

 

¿Qué es lo más importante la hora de elaborar un vino?

De entrada diría que la uva. Profundizando algo más, lo más importante es saber qué tipo de vino quieres llegar a hacer ya que, en función de la tipología de vino que busques, se tendrán que realizar toda una serie de actuaciones que empiezan en el momento de plantar la cepa.

 

Al formar la planta, podarla, etc hay que tener muy claro el objetivo enológico al que se quiere llegar. El vino nace en el viñedo y en función de cómo se maneje este se llegará de una manera u otra el vino que se quiera elaborar.

 

¿Qué vino recomendarías para alguien que se está iniciando en este mundo?

No querría contestar a esta pregunta con una respuesta subjetiva, hay cientos de vinos que son muy interesantes a la hora de iniciarse en el mundo del vino, pero el mejor vino es el que a cada uno le satisfaga.

 

Generalmente, los inicios suelen corresponder a las zonas vinícolas clásicas, como Rioja, Ribera del Duero,… pero sí creo que es importante que la gente que se inicia, se adentre en los vinos locales de su entorno, que conozca qué se está haciendo a su alrededor y en su localidad, que se empape a la vez de la cultura vinícola del lugar, si la hay, y en España se elabora vino en caso todo el país. Y a partir de ahí, ir explorando y ampliando. Se trata de probar y probar, poco a poco se empieza a diferenciar y luego a seleccionar.  

 

¿Con qué variedades elaboráis vuestros vinos?

Tenemos dos líneas de vino, Vinos mallorquines y Vinos mediterráneos. Los vinos mallorquines están basados en las 4 variedades principales que se cultivan en la isla: Prensal y Giro Ros en uva blanca y Callet y Manto Negro en uva tinta. Nuestros vinos mallorquines son monovarietales de cada una de dichas variedades, que representen la esencia de nuestro suelo. Nuestra intención es profundizar en los Monovarietales Mallorquines e ir perfeccionándolos para obtener vinos que representen la esencia de nuestro suelo

 

Tenemos también la línea de Vinos Mediterráneos que, a través de un concepto más amplio, ofrecerán experiencias que combinen lo autóctono con lo mejor de las variedades mediterráneas. Sabemos por experiencia que las variedades que hemos escogido se adaptan a las características de nuestro suelo y combinan exitosamente con nuestras variedades autóctonas. Por ello hemos apostado especialmente por la variedad Syrah en uva tinta y Viognier en uva blanca.

 

¿Recuerdas cuando tomaste tu primera copa de vino? ¿Te gustó?

Sinceramente, no recuerdo cuando fue la primera vez que tomé una copa de vino. Lo que sí puedo decir es que de joven no sentía una atracción especial por el vino, lo bebíamos en las cenas con amigos, sin más.

 

Ha sido más adelante cuando poco a poco me he ido aficionando a él. A la vez que con la edad crecía en mí el interés culinario y gastronómico advertía que disfrutar de una buena comida pide a la vez disfrutar de un buen vino.  

Andreu Negre: "Una bodega es una carrera de fondo"
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