El consumo de cemento cerró la primera mitad del año prácticamente plano (0,3% más) después de reducirse en junio un 4,3% interanual en un contexto marcado por los distintos procesos electorales y su impacto en el sector, según los datos facilitados por la patronal cementera Oficemen.
En concreto, en el primer semestre del año el consumo de cemento registró 7,5 millones de toneladas, 23.573 toneladas más que en el mismo período de 2022.
En el caso de junio, último mes disponible, el consumo superó los 1,3 millones de toneladas, lo que supone una pérdida de 58.967 toneladas respecto al mismo mes del pasado año.
La confluencia de tres procesos electorales, que finalizarán con la celebración de las elecciones generales este próximo domingo, es una circunstancia inusual que ha afectado, no solo a las inversiones en obra pública, sino también a nivel empresarial. Un entorno en el que la toma de decisiones ya se había ralentizado de por sí por la actual coyuntura internacional, según ha indicado el director general de Oficemen, Aniceto Zaragoza.
En este sentido, señala que a evolución del semestre se ha cerrado con crecimiento "cero" en línea con sus previsiones de inicio del año y desde la agrupación de fabricantes de cemento de España reconocen que la evolución del consumo mensual este año está siendo un tanto errática, con una estadística en zigzag en la que se suceden meses con crecimiento positivo y negativo.
Las exportaciones de cemento aumentaron un 24,2% en junio, hasta las 549.062 toneladas, lo que permite superar en más de 100.000 toneladas las cifras del mismo mes de 2022.
Esta evolución ha permitido reducir la caída del acumulado del año hasta un 2,3%, casi 5 puntos porcentuales menos que en el acumulado de mayo, con un volumen total exportado de 2,8 millones de toneladas.
Por su parte, las importaciones se redujeron en junio un 34,1% hasta las 48.327 toneladas, una caída que se eleva hasta el 50% en la primera mitad del año con 412.294 toneladas.