viernes. 29.03.2024

El primer año del Brexit, que se materializó la medianoche del 31 de diciembre de 2020, se cumple con el comercio deprimido entre ambos lados del canal de la Mancha, las relaciones del Reino Unido y sus vecinos en las horas más bajas, y la misma incertidumbre que hace doce meses en Irlanda del Norte.

 

Londres ha evitado los peores escenarios que se anticipaban antes de la ruptura, en parte porque el impacto de la pandemia dificulta estimar los efectos directos del Brexit. Sin embargo, el comercio entre el Reino Unido y la UE se recupera con mayor lentitud que el resto de intercambios tras la crisis global, un efecto que los expertos achacan a la salida británica del mercado único.

 

Al mismo tiempo, el controvertido Protocolo para Irlanda del Norte, la piedra angular del acuerdo con Bruselas que tardó años en fraguarse, amenaza con derrumbarse con menos de un año de vida. El Reino Unido considera está provocando demasiados problemas socioeconómicos en la región, por lo que exige renegociar sus términos con urgencia.

 

Si en las próximas semanas la UE no se aviene a suavizar los controles de mercancías acordados, eliminar el papel de los tribunales europeos para dirimir diputas comerciales y flexibilizar las normas sobre subsidios estatales en Irlanda del Norte, el Gobierno británico ha avanzado que dejará de aplicar ciertas obligaciones del protocolo de manera unilateral.

 

FRENO AL COMERCIO

La Oficina para la Responsabilidad Presupuestaria del Reino Unido (OBR, en inglés) mantiene la misma predicción económica que hace cinco años, cuando se celebró el referéndum del Brexit. Estima que la ruptura con la UE recortará tanto las exportaciones como las importaciones británicas en un 15% a largo plazo respecto a la evolución que habrían registrado dentro del bloque.

 

Ese frenazo supondrá un golpe del 4% en el PIB del país. La pandemia de coronavirus, en comparación, solo le costará a las arcas británicas un 1,5% del PIB, según ese organismo público.

 

Según un modelo elaborado por el grupo de pensamiento 'Centre for European Reform', el pasado octubre -el último mes con datos completos- los flujos comerciales británicos se situaban 12.600 millones de libras (14.800 M€) por debajo del nivel que habrían alcanzado con el país en el mercado único y la unión aduanera comunitaria (un 15,7% menos).

 

Esa ralentización se ha producido cuando todavía no se han implementado con todo rigor los controles de mercancías que prevé el acuerdo del Brexit.

 

A partir de este 1 de enero, el Reino Unido retirará el periodo de gracia en el que permitía demorar las declaraciones aduaneras y los pagos arancelarios sobre las importaciones europeas hacia Gran Bretaña, que deberán ejecutarse de manera inmediata a partir de ahora.

 

El Gobierno británico aspiraba a dejar lista la negociación sobre el Protocolo para Irlanda del Norte en las últimas semanas de diciembre, pero tras numerosas rondas de contactos con Bruselas sin avances significativos, aceptó demorar la resolución del problema hasta principios del próximo año.

El Brexit cumple un año de incertidumbres y trabas comerciales