Los servicios han sido los protagonistas de la recuperación de la economía balear, un sector que durante el periodo de 2019 a 2023 creció un 6,3% e incrementó su peso hasta niveles nunca alcanzados antes, con un 87,1% frente al 85,8% de antes de la pandemia.
Así lo refleja la memoria de 2023 que este jueves ha expuesto el Consejo Económico y Social (CES) de Baleares en una rueda de prensa en el Parlament balear.
Si bien el sector servicios supuso un peso del 87% en la economía balear, sorprendentemente fue el sector primario en las islas el que creció más desde 2019, con un 8,1% más.
De acuerdo con la memoria, el sector industrial y la construcción se desaceleraron un 10,3% y un 2,3%, respectivamente, si bien la industria balear a escala local se comportó mucho mejor que en el ámbito nacional y resistió mejor los empujones de las crisis de la pandemia y de la guerra en Ucrania, de acuerdo con los expertos.
La construcción, por otra parte, ha sufrido durante este periodo problemas de oferta, en el caso de los materiales y los permisos, que han impedido a este sector atender la creciente demanda de viviendas en Baleares.
En cuanto al turismo, en 2023 alcanzó cifras récord en turistas en Baleares, con 17,8 millones, y un gasto medio de 173 euros diarios por viajeros y un total de 115 millones de estancias en el archipiélago.
Respecto a los de 2019, el turismo español ha sido una pieza clave en esta evolución y creció en las islas un 22,5%, frente al 6,3% del turismo extranjero.
Sin embargo, en 2023 el turismo español hizo un gasto medio diario de 106 euros, frente a los 189 del turismo internacional, que es un 78% superior. También cayó la estancia media, de los 6,6 días a los 6,4, un 2,2 % menos.
Según este análisis del CES, la economía balear experimentó un crecimiento sólido del 3,7% el pasado ejercicio, casi un 50% más que la española y nueve veces más que la de la Unión Europea (0,4%).
Los expertos han coincidido en que este incremento no es necesario atribuirlo a un simple efecto rebote después de la pandemia de la covid-19, ya que más bien parece indicar un cambio de tendencia hacia un crecimiento más dinámico.
Por islas, Menorca queda atrasada (2,7%) respecto a Mallorca, Ibiza y Formentera, que crecen a un ritmo del 3,8%, señala la memoria del CES.
Además, Baleares sigue siendo la comunidad con menor inversión en I+D de España, con un 0,46% del PIB por un 1,44% español, si bien las empresas baleares han apostado por la I+D en sus procesos y productos y, en la última década, la inversión privada en este ámbito ha crecido un 418%, mientras que en la UIB y las administraciones se incrementaba en un 44% y un 26%, respectivamente.
Según la memoria del CES, el PIB por habitante se sitúa de nuevo en el 107%, cifra previa a la pandemia y cerca del máximo alcanzado desde 2008, con un comportamiento de la población activa, la tasa de empleo y el número de horas laborables por trabajador que pueden estar detrás de la fuerte caída de renta per cápita sufrida desde 2005.
La ocupación laboral en Baleares batió su récord en 2023, como figura en la memoria. En términos de población activa, se registraron 586.600 personas de ocupación media, un 2,4% más respecto al ejercicio anterior, y creció un 3,9% el crece el número de horas trabajadas.
Por sectores, un 83,8% de los trabajadores estaba ocupado en los servicios, un 9,5% en la construcción, un 6,2% en la industria y un 0,5% en el sector primario.
El pasado año descendió el número de trabajadores por cuenta propia, que pasó en Baleares de 99.500 a 94.500 personas, un retroceso del 5% que destaca entre el resto de las cifras al alza.
En un momento en que la presión humana se ha convertido en un tema de máxima actualidad, destaca que el principal índice empleado tradicionalmente para la medición, el IPH ha descendido en todas las islas en 2023, a pesar del mayor número de llegadas de turistas.
Los expertos también se han referido a la caída en el precio medio de la vivienda, con una media de 377.973 por los 402.700 euros del año anterior, y el esfuerzo por acceder a la vivienda, dedicando un 30% de la renta, cuyo índice cae del 66,8 al 63,5%.
Este comportamiento, similar al de la media española, no esconde que estos datos se han disparado si se comparan con los que existen anteriores a la crisis sanitaria de la covid-19.