jueves. 18.04.2024

Los restauradores de Mallorca han perdido ya la paciencia y dicen basta. Más de 3.000 personas se han manifestado hoy en Palma contra las últimas restricciones impuestas por el Govern balear y desafiando la prohibición de la convocatoria realizada por Delegación de Gobierno.

 

Los manifestantes se han concentrado ante el Consolat de Mar donde han expuesto su enfado por el cierre de sus negocios impuesto por el Govern en las últimas medidas restrictivas tomadas para luchar contra el Coronavirus. En la protesta no solo había empresarios sino también trabajadores del sector e incluso propietarios de locales. Todos ellos tiemblan por el futuro que les espera y anticipan una ruina total y una dificil recuperación.

 

Allí ha sido la presidenta Armengol la que ha concentrado la mayor parte de las referencias de los manifestantes que han expresado que se encuentran al limite en algunos casos y en otros ya han perdido el negocio.



A medida que llegaban más manifestantes la distancia de seguridad sanitaria respetada en los primeros momentos ha quedado olvidada, los gritos han ido subiendo de intensidad y unos pocos congregados han mostrado actitudes agresivas contra los policías que guardaban la sede institucional y algunos periodistas, en particular los de la radiotelevisión autonómica IB3, a los que han increpado.



Víctor Sánchez, el empresario que registró la solicitud de concentración denegada, ha explicado ante el Consolat que la protesta se amparaba en el derecho constitucional a la manifestación pacífica y ha criticado las medidas restrictivas que llevan "a la ruina" a asalariados y autónomos de la hostelería.



"No tenemos con qué pagar los recibos", ha subrayado el empresario, que ha lamentado la "criminalización" de los bares y restaurantes a pesar del esfuerzo que han relizado para aplicar todas medidas de seguridad sanitaria que se les han impuesto.



El presidente de Restauración CAEB, Alfonso Robledo, ha lamentado el cierre de los establecimientos a partir de este miércoles, porque a su juicio podrían haberse mantenido las terrazas abiertas, y ha exigido "ayudas directas" que palíen la situación de trabajadores "que no tienen para comer" por los retrasos de los ERTE.



Sobre las 11.20 horas, algunos de los concentrados que estaban en primera línea frente a la puerta de la sede central del Govern han promovido el corte del tráfico en el Paseo Marítimo, que se ha prolongado durante unos 15 minutos, y han instado después a marchar hacia el Parlament para continuar allí su protesta.



Aunque parte de los congregados han desistido, en torno a 1.500 personas se han desplazado hasta la puerta principal de la cámara autonómica, que han bloqueado y amenazado con ocupar.



A mediodía, la Policía Nacional ha reforzado el dispositivo para frenar la amenaza y se han producido momentos de tensión al encararse con los agentes algunos de los manifestantes. Mientras, la multitud aplaudía el estallido de petardos y el encendido de una bengala.



La manifestación, encabezada por líderes espontáneos tras abandonar la protesta el convocante original, se ha trasladado después a la plaza de Cort, donde las puertas del Ayuntamiento, como las del Consell, permanecían cerradas y custodiadas por la Policía. Algún manifestante ha lanzado huevos.



De allí, la protesta se ha desplazado hasta la Plaza de España, donde han cortado en tráfico de las Avenidas, primero de manera estática y circulando después por la calzada hasta la Rambla en dirección de nuevo al Consolat.



Tras una parada para gritar sus consignas ante el Tribunal Superior de Justicia, la marcha ha seguido su camino, cada vez con menos participantes pero aún con varios centenares de personas, hasta llegar de nuevo al punto de partida, donde se había vallado el acceso a la sede presidencial.



Un grupo más reducido, de un centenar, ha cortado de nuevo el tráfico en el Paseo Marítimo y ha caminado por esa vía, una de las principales de la capital balear, hasta la confluencia con las Avenidas al final del Parc de la Mar.

A esas alturas, los manifestantes ya estaban completamente rodeados por unos 40 agentes de la Policía Nacional, que durante todo el dispositivo han sido asistidos desde un helicóptero de coordinación.



Alrededor de las 15.00 horas, cuando trataban de reabrir el tráfico en la Avenida Alexandre Rosselló, varios agentes han realizado una carga con sus porras que ha sido respondida con insultos.



Poco después, los últimos manifestantes han llegado a Plaza de España y han desistido de cortar la circulación. Antes de despedirse, algunos preguntaban: "¿Mañana, dónde?", animando a continuar las protestas.

La rebelión de los restauradores de Mallorca