miércoles. 24.04.2024

 

El corazón de la Sierra de Tramuntana y el emblemático santuario de Lluc han sido el escenario de la visita protagonizada este miércoles por los reyes y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, en su primera imagen juntos desde que llegaron a Mallorca para pasar unos días de vacaciones.

 

Con esta excursión, la familia real ha querido reconocer el valor paisajístico de este espacio natural coincidiendo con el décimo aniversario de su declaración de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

 

Al atardecer, los cuatro han comenzado su recorrido en el centro de interpretación de la Sierra de Tramuntana, situado en el municipio de Escorca, al noroeste de la isla y a unos 40 kilómetros de Palma.

Don Felipe y doña Letizia han llegado en un primer coche conducido por el monarca y en otro lo han hecho la princesa y la infanta, ambas con alpargatas de esparto con cuña.

 

"Se me habían olvidado las curvas", ha bromeado el rey ante el tortuoso trazado que hay que recorrer para arribar a Lluc.

 

La presidenta de Baleares, Francina Armengol; el del Parlament autonómico, Vicenç Thomàs, la del Consell de Mallorca, Catalina Cladera, y el alcalde de Escorca, Antoni Solivellas, han recibido a la familia real.

 

En el interior de la Ca s'Amitger, una antigua casa rural, les han hecho una exposición sobre la gran riqueza de su vegetación y su fauna, así como su valor cultural y el de sus pueblos y fincas.

 

Desde la oficina de información, han caminado hacia el monasterio de Lluc, situado a pocos metros, para conocer el templo que da nombre a la patrona de Mallorca y que Alfonso XIII visitó en 1929.

 

"La paz esté contigo", rezaba el cartel que daba la bienvenida al recinto del santuario, en cuya plaza han observado el conjunto escultórico del "Camí de Lluc", obra de Joan Bennàssar, consistente en una veintena de figuras hechas con hormigón.

 

El monasterio tiene su origen del siglo XIII, cuando, según reza la leyenda, un pastor y un monje encontraron entre unas rocas la talla de "La Moreneta", característica por su tez oscura.

 

En la basílica, de estilo renacentista, los reyes y sus hijas, acompañados por el prior, Marià Gastalver, han presenciado la actuación del coro infantil de los Blauets de Lluc, una de las escolanías más antiguas de Europa y cuyo rasgo principal es el color azul de sus sotanas que les da nombre.

 

Como los peregrinos que caminan cada año a LLuc, los cuatro han ascendido luego por "La subida de los misterios", un sendero empedrado que desemboca en un privilegiado mirador sobre la sierra, en el que han posado con la puesta de sol.

 

"Hace menos calor que otros años", ha apuntado Felipe VI después de expresar su admiración por el paisaje y por la actuación de los "blauets".

 

Ante los medios gráficos, la reina ha sacado de su bolso un abanico que le han regalado con el logo del décimo aniversario de la catalogación de la Sierra Tramuntana como patrimonio mundial.

 

Aunque protegidas con mascarilla, a la princesa y su hermana se las ha notado sonrientes durante el recorrido, sin hacer comentarios a las preguntas de los periodistas sobre qué les había parecido el santuario y el paisaje.

 

La visita, que se ha prolongado durante una hora y media, ha concluido en el Ayuntamiento de Escorca, dentro del complejo del monasterio, donde Felipe VI ha firmado en el libro de honor.

 

"Para nosotros es una alegría y un reconocimiento a nuestro municipio. Aunque somos pocos vecinos y muy diseminados, estamos muy contentos", ha señalado a EFE el alcalde, quien le ha regalado un libro sobre la historia del municipio, donde viven unas 200 personas, y otro sobre las esculturas de Bennàssar.

 

La excursión de hoy es la única que tienen programada, por ahora, la heredera al trono y su hermana, si bien no se descarta que hagan otra aparición pública, puesto que la previsión es que estén en la isla hasta comienzos de la próxima semana.

 

Por segundo año consecutivo, la Casa Real no va a celebrar el tradicional posado que suele organizarse en los jardines del Palacio de Marivent.

La de hoy se une a otras visitas que don Felipe, doña Letizia y sus hijas han hecho al entorno de la Sierra de Tramuntana, la última de ellas en 2017 a la localidad de Sóller.

La familia real muestra su apoyo a la Serra de Tramuntana
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