Según ha indicado la Conselleria de Fondos Europeos, Universidad y Cultura, hace unos días, cerca de cincuenta personas participaron en esta jornada informativa que la propia Conselleria y los Círculos de Economía de Mallorca y Menorca organizaron en el hotel Valparaíso de Palma. La principal finalidad de este encuentro fue presentar el Plan de Inversiones Estratégicas llevado a cabo por la OIE (Oficina de Planificación y Coordinación de Inversiones Estratégicas) y profundizar en los potenciales resultados de su aplicación durante los próximos diez años.
Company, junto al director de la OIE, Joan Carrió, detallaron doce estrategias que estructuran el plan de inversiones y también se detuvieron en algunos de los efectos que se esperan, como por ejemplo la creación de nada menos que 71.000 empleos, de los que 8.250 estarán ligados directamente a la industria y unos 2.700 a los servicios de investigación y desarrollo.
Según Company, los diferentes tipos de impacto (directo, indirecto e inducido) de los más de noventa proyectos puestos en marcha, que tendrán un coste de unos 4.640 millones, superarán los 6.900 millones por el efecto multiplicador de las inversiones (en torno al 1,5). También se espera mejorar la productividad del plan, incorporando mejoras en I+D+i que pueden implicar un aumento del multiplicador hasta la nada despreciable cifra de 1,9.
La sesión, fundamentalmente dirigida a sectores económicos, forma parte de un ciclo de encuentros informativos que ha impulsado el Govern, con la finalidad de crear puentes entre los diferentes colectivos y los objetivos de los diferentes programas de fondos europeos, especialmente el denominado “Next Generation”, a través del cual el Govern quiere proporcionar un impulso crucial en el proceso de transformación del modelo económico de Baleares.
Lo cierto es que el modelo económico, desde su faceta más local hasta sus implicaciones más globales, ha cambiado y está cambiando de forma vertiginosa, y las Baleares tienen que adaptarse a este modelo productivo de cambio si quieren optimizar sus recursos y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.
Una nueva revolución económica e industrial
Vivimos un momento de cambio en el paradigma económico. Bien es cierto que siguen conviviendo diferentes modelos de negocio, algunos más relacionados con la vieja economía y los establecimientos físicos y otros más focalizados en el mundo digital.
Hay negocios que no son digitalizables, o al menos no lo son por completo, como la producción de sobrasada o de porqueras, pero sí la forma en la que hacemos llegar estos productos a todo tipo de potenciales usuarios, repartidos a lo largo de todo el mundo.
Cuando hablamos de cualquier tipo de inversión estratégica debemos tener muy en cuenta que la mayor parte de personas ya no van a comprar un vinilo o un CD de su grupo favorito, sino que recurrirán a plataformas digitales de música como Spotify, con más de 70 millones de canciones en su catálogo, la posibilidad de crear tus listas de reproducción favoritas e, incluso, disfrutar de recomendaciones musicales en función a tus gustos; del mismo modo, los usuarios de juegos de azar preferirán disfrutar de bonos de casino digitales, disfrutar de descuentos y promociones gratuitas, consultar las valoraciones de otros usuarios e incluso jugar de forma totalmente gratuita a desplazarse a un casino físico, que en muchos casos está lejos de sus residencias habituales y conlleva muchos inconvenientes frente a las alternativas virtuales que nos transportan, en solo unos clics, a experiencias inmersivas y realistas; y algo similar ocurre con los contenidos audiovisuales, a estas alturas ya son muy pocos los usuarios que recurren a formatos físicos como el Blu-ray o el DVD, cuando las grandes plataformas como Netflix, HBO, Amazon Prime Video o Disney + nos ofrecen infinidad de contenidos a cambio de un pequeño pago mensual.
Los ejemplos son innumerables pero la idea gira en torno a dejar claro que las estrategias que estructuran los planes de inversiones suelen fundamentarse en esta nueva economía digital. Según el informe 'The Future of Jobs', publicado por el World Economic Forum, vivimos una cuarta revolución industrial que genera infinidad de empleos y también la necesidad de nuevas habilidades. Según su investigación, alrededor del 60% del trabajo tal y como lo conocemos cambiará y la demanda de perfiles digitales seguirá creciendo.
En definitiva, iniciativas como las descritas previamente a través de planes de inversiones y de estrategias específicas para la utilización de fondos europeos, son imprescindibles para definir bien los objetivos que nos llevarán a una implementación adecuada de la nueva economía digital.
