A las puertas de una recesión económica. Así se encuentran las Islas Baleares o al menos así lo define el informe de Evolución económica que ha publicado la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB).
Las primeras estimaciones correspondientes al primer trimestre el año arrojan una contracción sin precedentes del producto interior no agrario balear del 4,5%. Esto responde tanto a la incertidumbre imperante antes de la declaración del estado de alarma como a las consecuencias derivadas de las restricciones a la movilidad y a la actividad que entraron en vigor el pasado 14 de marzo.
No en vano, el shock de oferta asociado al cierre, total o parcial, de los centros de producción ha derivado, en una paralización de la demanda que ha repercutido en las empresas en la toma de decisiones de consumo e inversión.
El informe destaca que la interrupción de la actividad durante las dos últimas semanas de marzo ha arrojado todos los indicadores de actividad a la banda roja y ha comprometido, sin excepciones, el balance del primer trimestre en los principales sectores de actividad.
Así, el marcador trimestral del sector servicios ha retrocedido un 4,5%, tasa que recorta en 5,9 puntos porcentuales la estimación del trimestre anterior (1,4%).
Son especialmente llamativos los retrocesos en la afluencia turística (-33,6% vs -6,6%, 4º trim.), las pernoctaciones en establecimientos de alojamiento (-39,4 vs -4,9%, 4º trim.) o, desde una perspectiva más agregada, en la afiliación de trabajadores del sector (-0,2% vs 1,8%, 4º trim.).
El marcador de crecimiento del sector industrial balear ha entrado definitivamente en terreno negativo de la mano de la COVID-19, tras anotar una contracción del 3,2% que echa a perder el esfuerzo realizado los últimos trimestres para mantenerlo en positivo (0,4%, 4ª trim.).
Así lo corrobora el índice de producción industrial, que ha alcanzado en el mes de marzo el nivel más bajo de la história y ha saldado el trimestre con un retroceso superior a dos dígitos (-10,5% vs -2,1%, 4º trim.), o el índice de la cifra de negocios (-9,3% vs -1,2%, 4º trim.), a la vez que se ha vuelto a un camino de destrucción de empleo (-0,6% vs 1,5%, 4º trim.).
La construcción, lejos de salvarse de este naufagio ha sido el sector que más ha sufrido con un retroceso del 5,8% en el trimestre. Todo ello a pesar de haber mantenido en el último trimestre del año anterior un tono superior al resto de sectores (3,5% vs 1,8%, total sectores).
Y es que, tanto la evolución de la afiliación (-3,2% vs 1,9%, 4º trim.) como de los visados (-7,7%) y de la licitación oficial (-83,9%), confirman que la construcción ha sido el sector que, en mayor medida, ha sobre reaccionado al cambio de escenario impuesto por la COVID-19.
En cuanto a la demanda, la pandemia ha provocado importantes cambios en el consumo de las familias ganando terreno las compras de alimentos y bienes de primera necesidad. De rebote la situación laboral y la incertidumbre ha retrasado las compras de los bienes duraderos.
De hecho, el agregado de consumo ha sufrido durante el primer trimestre una contracción del 5,2% (vs 1,2%, 4º trim.), en línea con el retroceso observado tanto en las compras de vehículos (-63,6% vs 5,4%, 4º trim.) o establecimiento de comercio minorista (-3,3% vs 0,8%, 4º trim.).
La inversión empresarial también se ha resentido con una contracción del 6,1% (vs 2,6%, 4º trim.), en línea con el deterioro de la confianza empresarial, que se ha visto lastrada el primer trimestre hasta registrar el valor más bajo de la serie histórica (-34,7% vs -1,5%, 4º trim.).
Ante este panorama, la presidenta de CAEB, Carmen Planas, ha destacado que “Balears se abre de esta forma a un escenario de recesión, toda vez que las restricciones a la movilidad, tanto internas como externas, y a la actividad, vigentes durante el segundo trimestre derivarán en un ajuste mayor que el observado durante este primer trimestre”.
Así, lo anticipa, el retroceso histórico de la afiliación media observado en el mes de abril (-8,7%) y mayo (-12,6%) y el fuerte aumento del paro registrado (62,2%, abril; 92%, mayo).
Con todo, Planas ha señalado que “Balears afronta una campaña turística inédita, completamente atípica y llena de incertidumbres por lo que CAEB apela a los actores regionales a realizar un ejercicio de gobernanza integral del destino con el fin de mitigar el impacto negativo en el corto plazo y, paralelamente, sentar las bases de la reorientación del destino ante los cambios permanentes que se anticipan”.
“Creemos además que el mantenimiento de los ERTEs debe condicionarse a la existencia de una vacuna contra el coronavirus. Porque mientras no tengamos la vacuna estamos en riesgo y los ERTEs tienen que seguir siendo una herramienta necesaria para que no se asfixien nuestras empresas, para defender el empleo y para evitar que en un futuro inmediato tengamos que quitar la “T”, y ver que los ERTEs se convierten en EREs, lo que supondría el fin de la actividad para muchas de nuestras empresas, con un elevado número de cierres y con la consiguiente destrucción tanto del tejido productivo como del empleo en nuestras islas”, ha recalcado la presidenta de CAEB.
Carmen Planas ha concluido que “para evitarlo, desde CAEB apelamos a una colaboración público-privada que sea realmente eficaz y eficiente porque, en Baleares, ya se han abierto las puertas de la recesión”.