viernes. 29.03.2024

 

El objetivo de cualquier startup es crecer. Un deseo para el que, hoy en día, es absolutamente necesario que el emprendedor cierre una ronda de inversión. Hasta hace pocos años en España no se utilizaba este tipo de financiación pero desde el despegue de las empresas emergentes se ha ido abandonando el sistema bancario a favor de los business angels, el capital privado, los fondos de inversión y las firmas de capital riesgo.

 

Los casos de éxito son de sobra conocidos pero “existen muchos emprendedores en España que se encuentran en su primera ronda, serie seed de menos de 300.000€ o serie A de hasta 1 millón de euros, que desconocen los entresijos y costes asociados a una ronda de inversión”, añaden desde Ad&Law, firma especializada en asesorar a startups. En estos casos, si el emprendedor no está prevenido, puede ver peligrar su proyecto al desconocer los costes de tiempo y dinero asociados a una ronda de inversión que pueden dejarle sin capital.

 

La firma señala que, en estos primeros pasos, el mayor de los costes será el tiempo que tendrá que dedicar el emprendedor a contactar con potenciales inversores y acudir a eventos donde presentar su proyecto. Según Bernardo Montero, socio fundador de Guudjob, una app para valorar profesionales, “buscar financiación se puede convertir en un trabajo ‘full-time’ que requiere todas las horas extras posibles”. Así, durante este periodo el emprendedor tardará una media de 45 días en cerrar alguna reunión con inversores, por lo que todo el capital necesario para mantener viva la empresa dependerá de sí mismo y de las aportaciones que haya obtenido a través de FFF (Family, Friends and Fools). Un ejemplo es el de Álvaro Pérez, CEO  de AboatTime, startup dedicada al alquiler online de barcos, que comenta que en su caso “destinamos el 80% de nuestro tiempo y en torno a un mes y medio en buscar nuevos inversores. Así cerramos hasta 20 reuniones en la que todos mostraron interés y de los cuales al final 10  decidieron invertir en una ronda que fue de 800 mil euros.”

 

Cuando un inversor se haya interesado por el proyecto y se plantee seriamente la opción de invertir empezará la famosa due diligence, en la que se revisa toda la información contable, fiscal, laboral, y las famosas proyecciones y valoración de la empresa. Un proceso que, normalmente, suele durar entre 6 y 8 semanas, aunque podría alargarse meses. Para Hans Crhist, CEO de llollo, una app de aparcamiento de larga estancia en aeropuertos que en su primera ronda alcanzó los 800 mil euros, “en nuestro caso empleamos más de 4 meses en recopilar y presentar toda la información. Pero es necesario para poder conseguir el objetivo de cerrar una ronda de inversión y esto no supuso solo un consumo de tiempo sino también un coste económico.” De media, el coste que tiene para la empresa preparar toda la documentación en tiempo y dinero se encuentra entre los 2.500€ y 5.000€ al mes, dependiendo del tipo de proyecto.

 

No obstante, en la mayoría de las rondas de inversión son los propios fondos los que asumirán el trabajo de due diligence, sin que ello suponga un coste adicional para el emprendedor, más allá del tiempo que le llevará a su equipo y a su asesoría preparar toda la documentación requerida. En algunas ocasiones se puede requerir, además, que la sociedad se audite y, en otras, será el propio emprendedor el que decida auditarse, aun no teniendo la obligación de hacerlo, con el objetivo de reflejar una mayor transparencia ante los inversores. De media, el precio de una auditoría se encuentra entre los 2.000€ y los 5.000€, dependiendo del trabajo que se tenga que realizar.

 

Por lo tanto, la due diligence o auditoría es un proceso que tendrá un coste directo o indirecto para la startup ya que, en caso de que no haya acuerdo, el coste lo tendrá que asumir quien rompa la negociación y si es el inversor, el emprendedor se quedará sin el prometido capital. Además, en este proceso es posible que se solicite la exclusividad de la empresa lo que impedirá buscar capital con otros inversores. Por último, si existen varios inversores el proceso puede alargarse ya que ninguno querrá dar el primer paso, dificultando así la obtención del capital.

 

Además, es de vital importancia tener la parte legal, laboral y financiera bien analizada, organizada y al día para evitar tener que realizar trabajo adicional para preparar la información para la due diligence y evitar un retraso en el envío de la documentación a los inversores. Lo que supone que la startup tendrá que contratar servicios profesionales de asesoría, con un coste medio que se mueve entre los 200€ y los 1.000€ al mes.

 

Por último, en el caso de que todo vaya bien y se vaya a cerrar la ronda, el emprendedor requerirá de los servicios de un abogado mercantilista para que les asesore en el proceso y principalmente en la negociación de la clausulas a incluir en el famoso Pacto de Socios.

 

Desde Ad&Law concluyen  que “el logro de cerrar una ronda de financiación no sólo garantiza que la empresa obtendrá el capital necesario para crecer sino que, también, servirá para respaldar el proyecto ante futuros inversores”.

 

¿Cuánto le cuesta a una startup cerrar una ronda de inversión?