El organismo de la ONU ha buscado medir así el aporte concreto de las mujeres en el sector privado y las ventajas de contar con ellas no sólo como empleadas, sino como jefas de equipos y responsables ejecutivas.
"Aunque esperábamos constatar una incidencia favorable de la diversidad de género en el éxito empresarial, los resultados que hemos obtenido son más que elocuentes", declaró la directora de la Oficina de Actividades para los Empleadores de la OIT, Deborah France-Massin, al presentar estos resultados ante la prensa.
El impacto positivo de la presencia femenina en puestos de responsabilidad no se limita a aumentar los beneficios, puesto que el 57% de las empresas encuestadas también resaltaron que ello contribuyó a atraer y retener a profesionales con talento.
Un 54% de empresas dijeron que habían notado "mejoras en materia de creatividad, innovación y apertura", y un porcentaje similar destacó los efectos favorables para su reputación.
Si se tienen en cuenta los múltiples esfuerzos que realizan las empresas para mejorar su beneficio en apenas uno al tres por ciento, no cabe duda que facilitar el acceso de las mujeres a cargos directivos constituye una vía más fácil y efectiva, se concluye de este análisis.
De las 13.000 compañías que participaron en la encuesta, 73% era nacionales o locales y las restantes multinacionales.
Por tipos de compañías, casi el 58,8% eran pequeñas, el 32,5 grandes y el 16,6% medianas; de lo que se deduce que cuanto más grande es la empresas más baja es la probabilidad de tener una directora general.
En la encuesta, las regiones más representadas fueron Latinoamérica y el Caribe (32,7%), Asia y el Pacífico (20,2%), y Europa y Asia Central (19,4%).
A escala macroeconómica, la OIT ha establecido que a mayor integración laboral de las mujeres mejor desempeño tiene el producto interior bruto (PIB), según un análisis de datos de 186 que corresponde al período 1991-2017.
Sin embargo, los especialistas de la OIT han determinado que no es suficiente tener mujeres en puestos directivos, sino que su representación debe ser de, al menos, un 30 % para que su presencia realmente redunde en beneficios empresariales.
La OIT también ha identificado los factores que dificultan el acceso de la mujer a puestos de toma de decisiones y entre los cuales destaca la necesidad de estar disponibles en todo momento y en cualquier lugar.
Esta exigencia, que en muchos casos forma parte de la "cultura empresarial" afecta de forma desproporcionada a las mujeres respecto a los hombres, en vista de que sus responsabilidades domésticas y familiares son mayores.
El camino que queda por recorrer hacia la igualdad de género todavía es muy largo, como lo demuestra el hecho de que cuanto más se asciende en la jerarquía de una empresa más difícil es encontrar mujeres.
"Menos de una tercera parte de las empresas participantes en la encuesta han alcanzado el umbral crítico de contar con un Consejo de Administración integrado al menos por un 33 % de mujeres", explicó France-Massin.
Peor aún, una de cada ocho empresas señaló que su Consejo de Administración está integrado exclusivamente por hombres.
